En su época de jugador, Mario Grana, llegó a ser uno de los grandes referentes de Cerro tanto por su ascendencia en el grupo y por su calidad futbolística por lo que tiene voz más que autorizada para comentar los hechos que suceden en Barrio Obrero.
Este martes, en una amena conversación con Fútbol a lo Grande, el argentino habló de Rubio Ñu y tuvo tiempo para referirse a la salida de Arce, la venida de Astrada y al mentado caso Jonathan Fabbro que no siegue repartiendo capítulo de polémica
El despido de Francisco Arce sorprendió bastante a Mario Grana porque el discurso de los dirigentes de Barrio Obrero siempre tuvo como eje central la puesta en marcha de un proceso estable y a largo plazo. “Me sorprendió la salida del Chiqui, más cuando se hablaba mucho de la palabra proceso, pero uno lo ve todo desde fuera y no sabe la historia real”, señaló.
“Leo (Astrada) es un gran entrenador, tiene espalda ancha y es muy laburador”, se refirió al nombramiento del “Jefe” para hacerse caso de un plantel que perdió su rumbo en los últimos juegos con Arce. En otro momento, se refirió al terminable caso de Jonathan. “Con Fabbro no sé lo que pasó, yo particularmente siempre me llevé bien con él, nunca nos trajo problemas dentro del grupo”, indicó. ESPERA POR MAXI. En cuanto al equipo de Santísima Trinidad, que conoció el fin de semana pasado por primera vez lo que es ganar en el Clausura, ante Deportivo Capiatá, preocupa la lesión de Maximiliano Lugo.
“El triunfo que estábamos buscando, para la confianza de los jugadores, el equipo estaba golpeado, hicimos unos cambios y salieron bien. Lo que nos gustó es la intención de juego”, mencionó. “Maxi aún no entrena con normalidad y estamos esperando su total evolución. Nada grave por suerte, por un momento pensamos lo peor”, sentenció.
Rubio Ñu suma 4 unidades en el torneo Clausura. En la próxima fecha, que será la séptima del torneo, recibirá a General Díaz.