La imagen de la Virgen partió del santuario en horas de la siesta. No detuvo su paso el cielo gris que amenazaba con seguir su repertorio de pertinaz llovizna como ocurrió durante la mañana. Al son de los cantos, las bombas de estruendo, el aplauso y la devoción que se traducía en fervorosas oraciones. Con bocinazos y más estruendos de bombas, María Auxiliadora encabezaba la fila de autos que iba rumbo al Arsenal de la Armada, para embarcarse y recorrer la ribera asuncena surcando el río Paraguay.
Travesía. Como quien despide a una embarcación que triunfal parte del puerto, los fieles de la Virgen agitaron sus pañuelos entretanto la imagen era depositada en el barco. Mientras se desplazaba por las aguas, los barcos y embarcaciones de diversos tamaños saludaban el paso de la imagen con largos pitidos. Desde la ribera de la zona del Puerto, desde la Loma San Jerónimo, en las orillas de Varadero y en lo alto de las barrancas de Itá Pyta Punta y un poco más allá, los fieles se sumaban a la celebración. Desde el alto parlante puesto en el navío, durante el recorrido se repetían las oraciones, había pedidos varios y, por supuesto, se elevaron plegarias por aquellos que se ven desplazados por el avance de las aguas debido a la crecida del río.
Al volver a tierra, ya aguardaba una caravana más voluminosa para el retorno a la santa casa, a las 18.30. Ya de vuelta en su hogar, los católicos participaron de la santa misa. Para hoy está prevista la tradicional procesión por las calles aledañas al santuario.
Este año la celebración coincide con el Trienio de la Juventud, que invita a Abrazarnos a Cristo Jesús.