Ocurre que los uniformados de la Comisaría 8ª Metropolitana acudieron para intervenir en el ataque a tiros en perjuicio de Eduardo Giménez (25), sobre las calles 38 Proyectada y Teniente Cantaluppi. El joven fue herido en la cabeza al ser increpado por Diego Armando López Benítez y su grupo.
Tras el ataque, los vecinos lo auxiliaron. Los dos agentes llegaron luego del traslado del afectado, sin embargo, por el lugar del hecho pasaba Wilfrido Giménez (28), a bordo de una moto y en compañía de otro amigo. Los vecinos dijeron que los motociclistas fueron los atacantes, cuando en realidad Wilfrido es hermano de la primera víctima.
Los agentes en su afán de reducir a los jóvenes, con la poca información proporcionada, iniciaron una persecución. Giménez y su acompañante descendieron del biciclo y huyeron de los uniformados. En ese momento, Sanguina Montiel realizó dos disparos y uno de ellos impactó en la espalda de Wilfrido, lo que finalmente le causó la muerte. Los familiares de la víctima señalan que el cuerpo presenta dos heridas y aseguraron que acusó dos impactos de bala y no uno.
VERSIÓN. En el afán de ayudar rápidamente y proceder a solucionar el pedido de auxilio que realizó la gente, los policías actuaron de esa manera, justificó el comisario Pascual Duarte, jefe, de la Comisaría 8ª Metropolitana, en la que prestan servicios los agentes involucrados.
Sanguina Montiel fue imputado por el hecho de homicidio culposo. La fiscala que lleva el caso, Alicia Sapriza, manifestó que solicitará medidas para el uniformado, cuyo actuar consideró que fue negligente. Este no tuvo intenciones de ultimar al joven “porque manejó falsa información”, según refirió.
La Fiscalía asimismo se encuentra analizando las imágenes de cámaras de circuito cerrado que captaron el momento de la persecución, señaló la representante del Ministerio Público.
Sobre la gresca que se dio antes de la muerte del joven, se maneja la información de que el fallecido fue para buscar al atacante de su hermano y fue herido por el camino. Aparentemente, los baleados y sus atacantes mantienen una rencilla de larga data que tiene un transfondo de drogas.
López Benítez, al igual que su hermano Elías, cuenta con frondosos antecedentes y un mes atrás Diego atacó a tiros a su madre e hirió a un vecino de nombre Walter Santacruz, por cuyos casos soportaba una orden de captura, según lo que explicó la fiscala.
Los casos de agentes policiales gatillo fácil suman y este caso vuelve a poner en el debate la formación del personal policial para encarar los procedimientos y el exceso de atribuciones a la hora de manejar sus armas reglamentarias, refieren los expertos.