28 mar. 2024

Maestra paraguaya clama no ser deportada de Estados Unidos

Lilian Velázquez Acosta, maestra paraguaya radicada en Estados Unidos desde hace 14 años, está a punto de perder su visa y ser deportada. Asegura que fue víctima de abogados y empleadores fraudulentos. Pide el perdón del presidente Barack Obama.

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La maestra paraguaya Lilian Velázquez Acosta, con amenaza de ser deportada de Estados Unidos. Foto: Gentileza.

Por Andrés Colmán Gutiérrez

"¡Estoy desesperada y viviendo una pesadilla! Por culpa de unos abogados y empleadores fraudulentos, estoy a punto de ser deportada al Paraguay y de ser separada de mi hija de 12 años. ¡Todos mis sueños se están viniendo abajo!”, exclama, entre sollozos Lilian Velázquez Acosta (54), una maestra paraguaya que reside en Estados Unidos desde hace 14 años, y que actualmente está a punto de ser expulsada del país, según ella por un caso de engaño e irresponsabilidad por parte de sus empleadores.

En un extenso reporte enviado a ULTIMAHORA.COM, Lilian explica que el problema se inició el 4 de agosto de 2009, cuando empezó a trabajar como docente en una escuela de Twin Rivers, California, contratada por el distrito escolar (Twin Rivers Unified Schol District, TRUSD).

“Yo soy una empleada foránea. Para poder ser empleada, el distrito debe pedir un permiso de trabajo (LCA, Labor Condition Application) al Ministerio de Trabajo del Estado de California (DOL California Department of Labor). Una vez que el permiso sea aprobado por DOL, el distrito debe dar el segundo paso: pedir permiso a Inmigraciones (USCIS, United States Citizenship and Immigration Services) en español el servicio de ciudadanía e inmigración de los EEUU”, relata.

“USCIS provee el cambio de estado en la visa, que se llama H-1B y la acompaña el documento de permanencia, entrada y salida que se llama I-94. El permiso es por tres años, el maestro puede trabajar por tres años en dicho distrito. USCIS envía un documento con hoja perforada, la parte superior queda en el distrito y parte inferior se debe entregar al empleado. Este papelito debe ser presillado al pasaporte y es el documento que permite al maestro extranjero entrar y salir de los EEUU con libertad. Los empleados de recursos humanos de mi distrito escolar secuestraron ese documento, no me lo entregaron, por tanto yo no podía moverme libremente”, sigue contando.

A continuación, Lilian realiza un detallado reporte de los errores que fueron cometiendo sus empleadores, sin que ella lo perciba. La principal falla fue que los responsables del distrito escolar no cumplieron en enviar una carta al Servicio de Inmigración USCIS, reconociendo que ella trabajaba para ellos. Ese grave error hizo que se desencadene una serie de acciones administrativas que llevaron a que su codiciada visa H-1B venza en setiembre de 2012, sin que ella se dé cuenta.

Una larga experiencia docente

Lilian había trabajado previamente en otros dos distritos escolares de California, cuando fue contratada en el 2009 para enseñar español en Twin Rivers.

A ella le dieron cátedra de sustituta en el 2010, que no otorga antigüedad ni beneficios, pero pudo retornar a Twin Rivers como empleada de medio tiempo en el 2011 y de tiempo completo en el 2012, impartiendo cuatro clases de español y un curso de preparación universitaria en Creative Connections Arts Academy.

En setiembre de 2012, incluso el distrito le envió una carta, felicitándola por haber obtenido inamovilidad laboral. En mayo de 2013 le confirmaron su renovación como profesora de español para el 2014. Pero cinco días más tarde, Velázquez Acosta recibió una carta del mismo distrito, en el que le comunicaban que su permiso de trabajo había expirado y ya no se le permitía trabajar. Allí empezó el calvario.

Campaña: “No deporten a Lilian”

El caso de la paraguaya Lilian Velázquez Acosta se ha convertido en un símbolo de las injusticias burocráticas del sistema migratorio americano para los residentes latinos en Estados Unidos.

Diversos medios de comunicación, entre ellos la cadena Univisión, han realizado reportajes sobre el tema, mostrando a comunidades y organizaciones de migrantes que piden que no deporten a Lilian.

“Tuve que mudar a mi familia a vivir en una pieza de hotel y regalamos casi todas nuestras pertenencias, para poder aguantar. ¡Eso es ser homelessness, sin techo! Al caer en la desgracia de no tener un hogar, hay otras leyes que debían ampararnos, pero el distrito no nos ayudó. Es más, el distrito escolar recibe más dinero estatal y federal para ayudar a las familias de escasos recursos. ¡Ellos convirtieron a mi familia en una familia ‘sin techo’ y de escasos recursos!”, relata Lilian.

Actualmente ella vive con su hija Alexandra Aidyn (12), su hermana Doris y su sobrino Víctor Alejo (8), en un apartamento de tres ambientes en Nort Highlands, donde Lilian sobrevive enseñando inglés a un grupo de mujeres latinas del vecindario. Tras una larga batalla judicial, había logrado que el distrito le pague los sueldos caídos, pero los fondos ya se agotaron.

En las apelaciones burocráticas, las autoridades del distrito tampoco la ayudaron para demostrar que el error administrativo lo cometieron ellos y no la maestra. Actualmente, la única posibilidad que le queda a Lilian es viajar al Paraguay y pedir una nueva visa en la embajada norteamericana, pero en su actual circunstancia la misma solo le puede ser otorgada dentro de diez años.

“En resumen: Abusaron de mí, me esclavizaron, mintieron al Gobierno federal, cometieron fraude y evasión de divisas y los únicos que pagan por todos los crímenes que el distrito TRUSD y sus abogados laborales FF&F cometieron, somos mi familia y yo. La ley de inmigración debe cambiar para que los inmigrantes tengamos voz ante el sistema de inmigración”, sostiene la maestra Lilian Velázquez Acosta.

Ella pide la solidaridad de sus compatriotas paraguayos para no ser deportada. También clama al presidente de Estados Unidos, Barack Obama: “A mi familia y a mí nos gustaría dirigirnos directamente al presidente Obama y pedirle que, así como perdonó a Elvira Arellano y al papá de Jersey Vargas, que eran inmigrantes ilegales, tenga en bien perdonarnos a mí, a mi hermana, a mi hija y a todos los profesores con el mismo problema en Garland y en Dallas, Texas”, clama.

“Quisiera que (Obama) nos otorgue la residencia permanente, ya que todos nosotros fuimos víctimas de abogados y empleadores fraudulentos y no tenemos donde reportar estos crimines de tráfico humano a los que fuimos sometidos”, sostiene la maestra paraguaya, quien afirma que a pesar del asesoramiento que le otorgan algunas organizaciones de derechos humanos que trabajan con los migrantes, vive con el continuo sobresalto de que las autoridades de inmigración lleguen en cualquier momento y la suban a la fuerza a un avión, con destino al Paraguay.

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