El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aseguró este viernes haber “derrotado” un intento de golpe de Estado al “fracasar” la huelga general convocada por la oposición, a cuyos líderes amenazó con encarcelar si le hacen un juicio político.
Ante miles de seguidores en las afueras del palacio presidencial de Miraflores de Caracas, Maduro precisó que presentará una demanda ante los tribunales de justicia contra la mayoría opositora en la Asamblea Nacional por abrirle un proceso que “no existe en la Constitución”.
“Yo no me voy a quedar cruzado de brazos ante ese golpe de Estado, más temprano que tarde les llegará la justicia, que les quede claro a los golpistas”, subrayó.
Maduro fue citado a comparecer el próximo martes, a las 15.00 locales, ante el Parlamento, para que escuche las acusaciones de “abandono del cargo”, como parte de lo que los opositores consideran un “juicio político” de responsabilidad por el agravamiento de la crisis política y económica.
“Dicen que abandoné mi cargo de presidente, si yo estoy dedicado las 24 horas del día al pueblo de Venezuela, a gobernar desde este palacio que es del pueblo”, aseguró.
La acusación, una huelga general que se cumplía parcialmente este viernes y una marcha a Miraflores convocada para el 3 de noviembre son parte de una nueva ofensiva de la alianza Mesa de la Unidad Democrática (MUD) contra el gobierno, tras la suspensión hace una semana del referendo revocatorio contra Maduro.
LA HUELGA. Calles y avenidas de Caracas y otras ciudades del país, como Maracaibo (noroeste) y San Cristóbal (oeste), lucieron este viernes con menos movimiento que lo usual, pero el transporte y algunos comercios y escuelas funcionaban, mientras que algunos bancos abrieron y universidades privadas cerraron.
El vital sector petrolero, bajo control del Estado, operaba sin contratiempos.
“Nadie le paró (atendió) al llamado al paro de estos improvisados de la derecha. El país estuvo al 100%. El paro de la derecha golpista fracasó”, aseveró Maduro, quien previamente había amenazado con que la Fuerza Armada ocuparía las empresas que cesaran sus actividades.
Más de 1.000 empresas fueron inspeccionadas por parte de los ministros y la Fuerza Armada, cuyo alto mando declaró esta semana “lealtad incondicional” al presidente.
“La situación está muy difícil como para no trabajar. La gente no compra juguetes, todo se va en comida”, dijo a la AFP Alicia de Garcés, de 74 años, dueña de una juguetería.
Pero algunos desafiaron la amenaza. “Cerrado por ausencia del personal”, rezaba un letrero en una ferretería de Caracas. El ex candidato presidencial Henrique Capriles destacó la “soledad de las calles”.