Rosalía Amarilla, de 31 años, en el 2012 había renunciado a su trabajo en una fábrica de prendas de vestir en Ñemby para aceptar una oferta para ir a trabajar al Brasil y poder tener un mejor futuro. Sin embargo, fue engañada por una red de trata de personas.
La mujer viajó y durante cinco meses sus familiares estuvieron sin saber nada de ella, hasta que un colombiano se comunicó con su madre por teléfono y le dijo que su hija estaba con vida y detenida en China por posesión de droga, señaló Arminda Escobar en una entrevista a Telefuturo.
Refirió que hace tres meses pudo comunicarse con su hija gracias a la diplomacia argentina, ya que el Estado paraguayo no tiene relaciones diplomáticas con el país asiático, por lo cual se tuvo que acudir a la colaboración del Consulado de Argentina en China.
Desde que se enteraron que Rosalía estaba en aquel país, sus familiares conversaron con la Fiscalía para que investiguen el caso.
“Las autoridades dijeron que iban a investigar, pero ella no sabe nada de su caso. Está incomunicada, no puede contar nada”, expresó su madre.
“Cuando hablé con mi hija, le dije que luche y que procure que estamos haciendo todo lo posible. Le pido a las autoridades que me ayuden a salvarla. Hace una semana supe que tiene condena de muerte, pido al Gobierno que si puede ayudarme en recuperar la vida de mi hija”, señaló la madre con lágrimas en los ojos.
Según le indicó Rosalía, en ningún momento le informaron de cómo va su proceso. Su madre pide que alguna autoridad paraguaya vaya junto a su hija y haga algo para salvar su vida.
Lo ocurrido con la compatriota motivó que la organización Amnistía Internacional Paraguay, con apoyo de Cladem, preparara una campaña mediática de solidaridad #RosalíaDebeVivir para exigir al Gobierno que se movilice para impedir que Rosalía Amarilla cumpla su sentencia de muerte, fijada para marzo de 2015.
