La tercera economía de América Latina, con 7% de déficit fiscal, está sedienta de capitales que la sacudan del letargo. Desde que el presidente Macri asumió, en diciembre pasado, los números no son alentadores.
“Vamos al encuentro del mundo”, dijo Macri al inaugurar el foro ante más de un millar de empresarios de 67 países que debatirán hasta mañana en el Centro Cultural Kirchner, a metros de la Casa Rosada. Pero la economía atraviesa un momento difícil.
La inflación supera el 40% anual, casi el doble de lo que se había pautado el gobierno para 2016, aunque el freno en la economía ayudó a morigerar el alza.
La economía, que creció 2,5% en 2015 según datos corregidos del Gobierno, cayó en junio 4,3% en relación al mismo mes del año pasado, con el desplome de sectores vitales como la construcción y la industria.
“Recibimos un país en recesión con altísima inflación, ya la hemos empezado a someter y se empiezan a ver los primeros signos de que la recesión va quedando atrás”, aseguró Macri.
Cristiano Rattazzi, presidente de Fiat Chrysler en Argentina, es uno de los empresarios que apuestan a todas las medidas que ha tomado el gobierno de Macri para que Argentina “vuelva a ser como hace 90 años, uno de los 10 primeros países del mundo”.
“Para ello necesitamos contar con reglas normales, serias, claras, estables y apertura al mundo, una inflación por debajo del 5% anual y no tener un déficit fiscal incontrolable”, dijo Ratazzi a la AFP al enumerar la enorme burocracia e inmensa presión fiscal como los principales obstáculos para los inversionistas.
El cónclave, al que asisten 400 representantes del Gobierno, busca sobre todo restablecer la confianza con el mundo antes que dar grandes anuncios de inversiones.
Bautizado como “Mini Davos”, el encuentro busca marcar un punto de inflexión en la llegada de inversiones extranjeras. AFP-EFE