El segundo y último día de la visita oficial de Macri a Holanda no tuvo tanta repercusión en la prensa local como el lunes, pero sí coincidió con unas excelentes temperaturas debido a que hoy, por primera vez este año, los termómetros en Holanda superaron los 20 grados centígrados.
Ese cálido ambiente se vivió también en el almuerzo que el presidente de Argentina compartió con el primer ministro en funciones de Holanda, Mark Rutte, en las dependencias del Parlamento.
Rutte sorprendió a los presentes cuando, en un discurso antes de que empezara el almuerzo, conjugó un “nuevo” verbo desconocido en la lengua de Cervantes y dijo, en español, “yo poldeo, tú poldeas, él poldea”, en referencia al modelo de diálogo social establecido en Holanda que Macri quiere importar a Argentina.
En una mesa decorada con decenas de flores, símbolos de la recién llegada primavera, ambos dirigentes brindaron después por una buena relación entre los dos países, y mientras Rutte eligió un tinto, Macri se decidió por una copa de vino blanco.
La mesa de gala también contó con la presencia del rey de Holanda, Guillermo-Alejandro; su esposa, la reina Máxima, y la primera dama argentina, Juliana Awada.
Las dos mujeres se dejaron ver, unas horas antes, en una exposición de maestros holandeses de la Edad de Oro -el siglo XVII- en el Museo Mauritshuis, a escasos metros del Parlamento.
Máxima Zorreguieta, de origen argentino, eligió para la ocasión un elegante vestido turquesa combinado con un sombrero del mismo color y el pelo recogido, mientras que la primera dama argentina se decidió por un vestido celeste a juego con una chaqueta larga del mismo tono.
Tras el almuerzo, el presidente Macri y la primera dama se encaminaron junto a los reyes de Holanda hacia Rotterdam, donde tuvieron ocasión de visitar su puerto, el más grande de Europa.
A bordo de un barco que surcó las aguas del puerto, expertos y representantes de la comunidad empresarial describieron a los asistentes los distintos diques con los que cuenta la gigante construcción marítima y explicaron la logística de algunas terminales.
Unas horas antes, Macri se había reunido con una figura fundamental del Derecho Internacional, la magistrada argentina Fernández de Gurmendi, que desde marzo de 2015 preside la Corte Penal Internacional.
El presidente de Argentina llegó a las 09.30 de la mañana (07.30 GMT) a la sede del tribunal protegido por unas fuertes medidas de seguridad con el objetivo de ratificar el apoyo de su país a la Corte Penal Internacional, con sede en La Haya.
Frente a las puertas de la corte le recibió Fernández, que vistió para la ocasión una chaqueta blanca adornada con pequeños cuadrados de colores y una falda oscura. “Gracias por visitarnos”, le dijo a Macri mientras le daba la mano después de que éste bajara del coche oficial.
Fernández invitó a Macri a entrar en las dependencias del tribunal, que estrenó sede hace casi un año en un moderno edificio dotado de unas medidas de seguridad extremas donde se juzga a personas acusadas de crímenes de guerra y de lesa humanidad.
Macri saludó también a la fiscal jefa de la corte, la gambiana Fatou Bensouda, que llevaba un vistoso y largo vestido africano de color marrón, atuendo que contrastó con el traje azul oscuro y la corbata violeta del presidente argentino.
Tras su paso por la corte, Macri se dirigió a la Organización por la Prohibición de las Armas Químicas, cuya sede está también en La Haya y que en 2013 recibió el premio Nobel de la Paz.
La visita del presidente de Argentina y la primera dama concluirá esta noche con su asistencia al Teatro Diligentia, en La Haya, donde disfrutarán de una representación de ballet.
David Morales Urbaneja
