19 mar. 2024

Los santos de Luque: Un tesoro en manos de las familias

Tienen más años que la propia nación paraguaya y encierran ricas historias, que llenarían varios libros. Más de 80 imágenes de vírgenes y santos, reverenciadas en hogares familiares y comunidades de Luque, se reunieron en una exposición de arte sacro.

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Más de 80 imágenes de vírgenes y santos están en manos de familias y comunidades de Luque. Foto ÚH.

Por Andrés Colmán Gutiérrez

@andrescolman

Cuando el horror de la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870) llegó hasta la región de Caapucú, a la familia Hermosa no le quedó más remedio que abandonar su hogar e iniciar una peregrinación, buscando escapar hacia zonas más seguras.

En la apurada evacuación, doña Ramona Hermosa dejó de lado muchas pertenencias valiosas, para llevar consigo una antigua imagen de Santa Librada, a la que rogó que preserve la seguridad de sus familiares y puedan retornar pronto a su querida Caacupú.

La santa cumplió con el ruego y los Hermosa pudieron regresar a su viejo y querido hogar. Desde entonces, la imagen de Santa Librada es el bien más preciado y venerado por la familia.

Constancia, hija de Ramona, se mudó a Asunción alrededor de 1920 y trajo la imagen consigo. Su nieta Herminia quedó al cuidado de la imagen luego del fallecimiento de Constancia, a los 105 años de edad. En todo ese tiempo, la imagen formó parte del nicho familiar, donde se reunían a rezar el rosario y también el novenario.

Actualmente, al cuidado de Ramona Irala de Agüero, tataranieta de Ramona Hermosa, vecina de la ciudad de Luque, la de Santa Librada es una de las más de 80 imágenes de santos y vírgenes que integran la exposición Arte Sacro, realizada en el Salón Francisco Parra, de la Iglesia Santuario Nuestra Señora del Rosario, de Luque, como una ambientación para conmemorar la Semana Santa.

“Son imágenes con una historia increíble, algunas con más de 250 años de antigüedad, desde antes de que se fundara el Paraguay como nación independiente”, destaca la docente y comunicadora Maria Gloria Alarcón, de la Secretaría de Turismo de la Municipalidad de Luque, organizadora de la muestra.

Cada imagen pertenece a un entorno familiar y comunitario, en distintos barrios de Luque, donde son veneradas y cuidadas en altares domésticos, capillas y santuarios, en donde se cuentan historias de milagros cotidianos, y en donde se realizan grandes celebraciones en cada festividad religiosa.

“Los santos de Luque conforman un rico patrimonio cultural y religioso, que están en manos de las familias, y preferimos que sea así, antes de que estén todas en un museo, porque allí generan una activa vida comunitaria, son venerados por la gente, movilizan a muchas personas”, refiere Maria Gloria.

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Teatro, poesía y religión

Hay imágenes que fueron robadas y vueltas a recuperar, y que formaron parte de la historia personal y familiar de ilustres figuras de la cultura paraguaya, como la del gran dramaturgo luqueño Julio Correa, padre del teatro social en guaraní.

La madre de Julio, Amalia Myzkowsky de Correa, había obtenido una imagen de la Virgen de Caacupé, en el año 1800, que fue sustraída por un ladrón, pero pudo ser hallada y rescatada tras una afanosa búsqueda, que movilizó a toda la ciudadanía. El acontecimiento impactó mucho a Julio Correa, quien le escribió un bello poema a la imagen de la Virgen.

Una imagen de San Ramón, con más de 70 años de antigüedad, al cuidado de Margarita Jimenez viuda de Navarro, se hizo célebre como protector de las mujeres embarazadas, desde que la mujer le encomendó la buena salud de su primer hijo. Todas las demás criaturas nacieron en perfecto estado, y se ha vuelto común que mujeres que están esperando hijos acudan a rezarle al santo, pidiéndole por la buena salud de sus futuros vástagos.

Entre las más antiguas también está una imagen del Señor de las Palmas, que fue tallada en madera por el padre del general Elizardo Aquino, quien fuera héroe de la Guerra contra la Triple Alianza. Esta imagen es la que preside anualmente cada celebración del Domingo de Ramos en la capilla de la Fuerza Aérea, junto a la cruz de Ñu Guazu, donde el Papa Juan Pablo II ofició su primera misa, en su histórica visita al Paraguay, en mayo de 1988.