29 mar. 2024

Los robots marinos y la captura del ADN son el futuro de exploración oceánica

Washington, 19 oct (EFE).- Un centenar de científicos y expertos marinos se reúnen a partir del jueves para acordar el futuro de la exploración submarina en EE.UU., que experimentará una profunda revolución gracias al uso de nuevas tecnologías en robótica e inteligencia artificial.

El científico Robert Ballard, que descubrió los restos del Titanic en el suelo del Atlántico, será uno de los expositores en el foro llamado "Más allá de los barcos: 2020-2025". EFE/Archivo

El científico Robert Ballard, que descubrió los restos del Titanic en el suelo del Atlántico, será uno de los expositores en el foro llamado “Más allá de los barcos: 2020-2025". EFE/Archivo

Los científicos discutirán durante dos días en Nueva York, en un foro titulado “Más allá de los barcos: 2020-2025", los próximos pasos a dar en la exploración de los océanos, la región de la Tierra más desconocida y que ha sido comparado con la exploración espacial.

“El objetivo es impulsar y reorientar la exploración de los océanos en Estados Unidos. Los últimos 15 años han sido un periodo fascinante en la exploración marina en EE.UU.”, explicó a Efe Jesse Ausubel, científico de la Universidad Rockefeller y uno de los organizadores de la reunión.

“Pero la tecnología está cambiando rápidamente con la aparición de drones y los avances en inteligencia artificial. Este grupo de científicos tiene la misión de prever lo que pasará entre 2020-2025 en la exploración marina”, añadió.

Uno de los ejemplos de cómo las nuevas tecnologías están ayudando a avanzar la exploración oceánica será expuesto durante la reunión por Robert Ballard, el científico que descubrió los restos del Titanic en el suelo del Atlántico.

Ballard ha descubierto con la ayuda de su navío de exploración “Nautilus” alrededor de 500 chimeneas submarinas en la costa del Pacífico de Estados Unidos que están emitiendo enormes cantidades de metano, un gas que es uno de los principales causantes del efecto invernadero cuando es emitido a la atmósfera.

El descubrimiento de Ballard duplica el número de chimeneas submarinas conocidas por los científicos estadounidenses en la costa occidental estadounidense y plantea numerosas cuestiones sobre sus efectos y posibilidades.

La doctora Nicole Raineault, directora de Operaciones Científicas de Ocean Exploration Trust, la entidad de Ballard, señaló a Efe que “no sabemos cuántas chimeneas existen, incluso en las aguas de Estados Unidos, cuánto tiempo llevan activas, qué las ha activado o cuánto metano está llegando a la atmósfera”.

Ausubel recalcó que las nuevas tecnologías que están apareciendo serán claves para resolver muchos de estos misterios que todavía rodean la ciencia oceánica. Y a gran velocidad.

“Estas tecnologías ofrecen una gran oportunidad. El océano permanece en gran medida sin explorar pero estas nuevas tecnologías permiten hacerlo rápidamente y a gran escala. Sólo hemos explorado el 5-10 % de los océanos y únicamente tenemos la cartografía del 15-20 % del subsuelo oceánico”, explicó Ausubel.

El científico añadió que al ritmo actual “no va a llevar mucho tiempo conseguir resultados”.

Algunos científicos plantean que para el periodo 2020-2025 flotas de llamados “roboats” (robots marinos) puedan explorar de forma autónoma y remota los océanos cargados con sensores y equipos de telecomunicaciones para transmitir vastas cantidades de información recogidas.

Ausubel, cuya especialidad es la biología marina, anticipa la utilización de robots que sean “como guantes hechos con fibras de vidrio por las que pasará el agua marina para analizar y procesar ‘in situ’ el ADN presente en el agua”.

“La captura de los restos del ADN en el agua marina nos permitirá saber qué animales, tanto vertebrados como invertebrados, habitan esas regiones. Nos permitiría descubrir nuevas especies pero también conocer los números de vida marina”, continuó.

El científico explicó que ese tipo de robots solucionaría uno de los mayores problemas de la exploración marina: la escasa fiabilidad del uso de cámaras a grandes profundidades.

“Las luces de los vehículos utilizados atraen a algunos animales pero repelen a otros, por ejemplo”, dijo.

Por su parte, el vicealmirante retirado Paul Gaffney, expresidente de la Universidad Monmouth y que participará en la reunión de científicos, anticipa un futuro en el que “hay más navíos disponibles para la exploración y que sean multiuso para que puedan recoger muestras, tomar medidas y determinar las profundidades”.

“Y también que sean capaces de desplegar vehículos e instrumentos que exploren de forma autónoma sin la necesidad del navío nodriza”, terminó declarando a Efe Gaffney.

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