La inflación acumulada en lo que va del año alcanza apenas el 2,5% y se ajusta dentro del rango que la banca matriz espera para el cierre de este año de entre 3,8% y hasta 4,0%.
El incremento que se dio en el precio de la carne, según explicaron, fue por una disminución en el hato bovino nacional, principalmente por la merma en la disminución de nacimientos de terneros en zonas ganaderas claves, como consecuencia del factor climático.
Las inundaciones tuvieron un gran impacto en zonas como Bajo Chaco, Misiones y Ñeembucú. También afectó el gran ritmo de faena debido a los compromisos asumidos por los productores para la exportación.
Por otro lado, esta inflación se ve explicada por aumentos en los precios de la carne de pollo, en donde el incremento de precio del maíz y la soja, como también de los balanceados que sirven de alimentación para estos animales, terminó por afectar la rentabilidad de los productores e impactar sobre el consumidor final.
Respecto al incremento en los precios de cereales, se debió a que la mayor demanda del trigo desde Brasil presionó en el último mes el precio de la harina en el mercado interno.
También se destaca el aumento del precio del azúcar, que en este caso fue afectado por el fortalecimiento del real brasileño, que en agosto se apreció en 2% frente al dólar. Los bienes duraderos, vestimentas, espectáculos y comunicación también subieron.