19 abr. 2024

Los partidos deben dejar de despilfarrar dinero del Estado

Los partidos políticos tradicionales han abusado de su poder al autoasignarse sumas exorbitantes como aportes del Estado a su funcionamiento orgánico. No contentos con ello, casi todas estas agrupaciones ignoran la expresa disposición del Código Electoral que establece que al menos el 30 por ciento de los fondos públicos recibidos deben ser destinados a la formación de cuadros. Esa letra muerta de la ley tiene graves consecuencias para el país, porque la calidad de los que son electos o designados para desempeñar funciones dentro de las estructuras del Gobierno cada vez es más deplorable.

Tras la caída de la dictadura en 1989, los dos partidos tradicionales –fundados en 1887– demostraron una razonable preocupación por ofrecer a la ciudadanía personas capaces de ejercer con cierta solvencia responsabilidades dentro de la estructura gubernativa.

Con el correr del tiempo, a medida que la ANR y el PLRA se hicieron casi únicos dueños de la conducción del país, la mayoría de sus legisladores eran cada vez más pobres en formación académica y conducta ética.

En contrapartida, se volvieron mucho más agresivos para apoderarse de la cosa pública como si fuera un botín de su exclusiva pertenencia.

Una de las manifestaciones de esa actitud es que en el Código Electoral los partidos se autoasignaron fondos para su funcionamiento institucional. De ese modo, se asegura que el Estado les desembolse lo necesario para su supervivencia.

Yendo más lejos en la extralimitación en el uso del dinero de los contribuyentes, se otorgan a sí mismos subsidios después de la realización de cada justa electoral.

Considerando solo desde el 2008, los partidos y diversas agrupaciones políticas han recibido 100 millones de dólares. De ese monto, 70 millones han ido a parar a las arcas de los más que centenarios partidos.

El Código Electoral establece que del aporte estatal anual, el 30 por ciento, como mínimo, tiene que ser destinado a la educación de ciudadanos en los idearios, principios y valores de los partidos políticos.

Sin embargo, gran parte de los 21 millones de dólares que debieron ser empleados en formación han solventado publicidad, actividades proselitistas, viajes y pago de intereses por préstamos.

El resultado es que, hoy por hoy, los partidos tradicionales no cuentan con una camada de jóvenes capaces de sustituir a los veteranos empotrados en el poder y de renovar la política nacional con una nueva mentalidad y, por lo tanto, con una praxis ajena al clientelismo y la expoliación de los bienes públicos a favor de los intereses partidarios.

Esa falta de renovación condena al país al atraso.

Es necesario, por lo tanto, que los jóvenes de los partidos políticos de antigua data y los de reciente creación exijan que el dinero del Estado destinado a su formación sea utilizado para la formación de cuadros capaces de asumir con madurez, solvencia y responsabilidad en las distintas áreas del Gobierno.

Esta situación tiene graves consecuencias para el país, porque la calidad de los que son electos o designados para desempeñar funciones dentro de las estructuras del Gobierno cada vez es más deplorable.

Es hora de poner fin al despilfarro del dinero destinado a la educación de los jóvenes en la política.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.