La petición de los obispos es uno de los puntos que destaca una declaración suscrita tras la asamblea ordinaria que celebraron esta semana en Tegucigalpa y fue difundida hoy en esa capital.
Los candidatos a cargos de elección popular deben acercarse a “la realidad de nuestro pueblo para analizar, proponer y ofrecer alternativas que superen (la) desigualdad y (la) exclusión y nos libren de corrupción”, agrega la declaración.
Los obispos también recordaron que 2017 será un año político, pues el 12 de marzo se celebrarán las elecciones primarias previas a las generales de noviembre del mismo año.
“Feliz año político les deseamos a todos (...). Feliz año si los ciudadanos asumimos la responsabilidad por el bien común, por informarnos de propuestas y proyectos, por dar seguimiento a su cumplimiento y no dejarnos llevar por ofertas engañosas o por palabras que parecen mágicas”, señalan.
También piden a todos los obispos mantenerse “cerca de los más pobres”, pues con ellos sabrán “ofrecer, en la cercanía de las elecciones, un discernimiento político válido y eficaz”.
En los comicios primarios los hondureños elegirán a los candidatos para unos 2.990 cargos, entre ellos el de presidente, tres designados presidenciales (vicepresidentes), 298 alcaldías y 128 diputados.
Además, serán escogidos 128 candidatos para diputados suplentes ante el Parlamento local y 20 propietarios e igual número de suplentes para el Parlamento Centroamericano (Parlacén).
Los obispos hondureños también lamentan los niveles de violencia que imperan en el país, donde a diario se registran 14 asesinatos, por lo que hicieron un llamamiento a los hondureños a superar los conflictos a través del dialogo.
“La familia es el espacio indispensable en el que los cónyuges, padres e hijos, hermanos y hermanas aprenden a comunicarse y a cuidarse unos a otros de un modo desinteresado y donde los desacuerdos o incluso los conflictos deben ser superados no con la fuerza sino con el diálogo”, destaca el documento.
Además lamentan que en las familias hondureñas “la violencia doméstica sea todavía una dolorosa realidad”, lacra que consideran debe ser afrontada “con firmeza y renovado compromiso”.
Los obispos de Honduras expresaron su preocupación por “el dolor” que viven tantos hondureños, especialmente los menores, “forzados a emigrar, expuestos a (la) explotación y violencia en el camino, mal pagados en su destino y criminalizados por la prepotencia de quienes se aprovechan de su sudor”.
Es por ello que se comprometieron a “reforzar” la Pastoral de Movilidad Humana, una organización de la iglesia Católica de Honduras, para que a los niños y adolescentes que emigran “vulnerables y sin voz” les “llegue el cariño y la cercanía de toda la comunidad”, de acuerdo con la declaración.
Según cifras oficiales, unos 10.468 menores hondureños no acompañados han logrado cruzar la frontera entre México y Estados Unidos en 2016, cifra un 93,5 % más respecto a los 5.409 que llegaron a ese país en 2015.