29 mar. 2024

“Los niños sufren los errores de los adultos”, dice el presidente Aldeas Infantiles

Buenos Aires, 19 nov (EFE).- El presidente de la ONG Aldeas Infantiles, Siddhartha Kaul, explicó a Efe que los niños que llegan a la organización han sufrido la pérdida de sus padres, abusos o violencia en su entorno y en muchas ocasiones fueron víctimas de “los errores de los adultos”.

El presidente de la ONG Aldeas Infantiles, Siddhartha Kaul, habla en Buenos Aires, donde explicó a Efe que los niños que llegan a la organización han sufrido la pérdida de sus padres, abusos o violencia en su entorno y en muchas ocasiones fueron víctimas

El presidente de la ONG Aldeas Infantiles, Siddhartha Kaul, habla en Buenos Aires, donde explicó a Efe que los niños que llegan a la organización han sufrido la pérdida de sus padres, abusos o violencia en su entorno y en muchas ocasiones fueron víctimas

Durante su visita a Argentina con motivo de la celebración del mes de los Derechos de los Niños, el titular de la asociación insistió, en una entrevista a Efe, que los niños son víctimas y no responsables de su situación.

“En muchas sociedades, los niños creen que es culpa suya estar en esa situación. Los niños no tienen un papel en este juego del sufrimiento, sufren los errores de los adultos”, enfatizó.

Los menores que llegan a la organización “han sufrido mucho” porque han perdido a sus padres o estos no han podido cuidar de ellos, por lo que “lleva un poco de tiempo conseguir que confíen en los adultos”, insistió.

Kaul subrayó que los proyectos que desarrollan en los 134 países en los que actúan son variados porque las necesidades son “distintas” y no se puede dar " la misma solución a todos”, es necesario adaptarse.

En este sentido, comentó que aunque Aldeas Infantiles nació bajo el principio de que “todo niño necesita una madre”, la interpretación ha evolucionado y lo importante es que haya un “padre, una madre, o una pareja”.

En algunas sociedades, la mujer es la que cría a los hijos y el padre el responsable de traer “el pan” a casa, por lo que los que los proyectos deben ir en sintonía con la cultura del país para ser efectivos.

Respecto a la crisis de los refugiados en Siria, en guerra civil desde hace cinco años, Kaul comentó que llevan 40 años trabajando sobre el terreno con el propósito de que los pequeños “no se queden sin educación, vayan al colegio y puedan reunirse con otros niños”.

“Este drama es un gran problema porque los niños son separados de sus familias, sacados de su entorno y se encuentran atrapados en una tienda de la que no pueden salir”, sostuvo.

En este contexto, insistió en que los menores no están recibiendo la educación, la comida y el tiempo de juego que precisan, “no están siendo niños”, por lo que la ONG “crea” un “espacio” donde puedan tenerlo.

A raíz de la actual crisis de los refugiados, la asociación inició un programa para ayudar a los pequeños a reencontrarse con sus padres o familiares cercanos y fomentar su reagrupación porque “el mejor lugar para que un niño crezca es la familia”, defendió.

Después de 40 años trabajando en la ONG, en la que su padre fue director de una Aldea Infantil SOS, Kaul afirmó que conoce la organización desde dentro porque “más o menos” creció en la primera que la asociación puso en marcha en su India natal.

A su juicio, una de las “amenazas” a las que se enfrentan las generaciones futuras es la falta de oportunidades laborales en sus países de origen.

Por ese motivo, resaltó la necesidad de implicar a los jóvenes en la toma de decisiones porque, en su opinión, es difícil que “la gente mayor pueda entender los problemas y las aspiraciones de los chicos de 18 años”.

Recibir el Premio Príncipe de Asturias a la Concordia este año aportó un “extra” de credibilidad a la labor de la ONG y volvió a poner el foco sobre los problemas de la infancia, comentó.

La ONG fue fundada en 1949, tras la II Guerra Mundial, por el austríaco Hermann Gmeiner, y tiene como misión ofrecer a niños huérfanos y abandonados un hogar en un entorno familiar.

Entre los retos a los que se enfrenta la organización está seguir consiguiendo fondos, una tarea para la que se precisa “confianza”.

“No se trata de tener dinero, sino de contar los problemas que hay. Si confían en ti, incluso en la pobreza, estarán dispuestos a compartir”, aseguró.

En España, por ejemplo, durante la crisis económica la ONG pensó que necesitarían fondos de otros países. Sin embargo, pasó “lo contrario” y es un “gran ejemplo” de solidaridad.

En América Latina y el Caribe, Aldeas Infantiles SOS apoya a más de 70.000 niños, niñas, adolescentes y jóvenes y trabaja con más de 30.000 familias en 20 países con diversos contextos sociales y culturales.

Sara Martos

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