Los barrios Mariscal López y 15 de Agosto, de Benjamín Aceval, de vecindarios tranquilos pasaron a ser escenarios de hechos delictivos perpetrados especialmente por motochorros que asestan sus golpes aprovechando la oscuridad de las calles. A esta problemática se suma la venta de crac en la zona, que pone en peligro a los adolescentes y jóvenes.
Estos hechos se suman al problema de abigeato que tiempo atrás era prácticamente la constante en esta localidad.
Las vecinas E.S. (27), Y.M. (67) y M.J.A. (49) manifestaron preocupadas que la tranquilidad con la que se vivía en el barrio Mariscal López se terminó.
PREOCUPACIÓN. Todas son madres de familia y señalan que la inquietud y el desazón aumentan cuando los hijos salen de casa para dirigirse a trabajar o estudiar.
Los asaltantes, que en su mayoría son menores de edad –señalan las mujeres–, suben a los árboles aprovechando la oscuridad de algunos sitios para esconderse y sorprender luego a sus víctimas.
Los casos de asaltos en su mayoría tienen como víctimas a mujeres. Las calles General Díaz y Río Blanco han sido escenario de violentos atracos, manifestó Y.M. a un equipo de ÚH que visitó el barrio golpeado por la ola de inseguridad. “No estamos tranquilas, porque de nuestra casa se debe caminar siete cuadras para salir a la ruta principal, porque no tenemos colectivos constantemente. Andar en moto también es peligroso, porque también se roban las motocicletas”, mencionó M.J.A.
SITIO INSEGURO. El barrio 15 de Agosto es aún más complicado últimamente, según Amalia Mendoza. La mujer vive en este barrio, que es cercano al otro vecindario. Allí, los vecinos no pueden dejar ni ropas en el patio, ya que los ladrones domiciliarios no pierden la oportunidad de hurtar las prendas.
Ni a los muertos. El cementerio de Benjamín está ubicado en este lugar. Los alrededores del camposanto son muy oscuros, y los asaltantes rompen los focos del alumbrado público para dejar sin iluminación las calles y hacerlas más propicias para los atracos. El lugar es utilizado como aguantadero de delincuentes que acechan a sus eventuales víctimas, comentó Mendoza.
El barrio también es blanco de la circulación de drogas, especialmente del crac. Anteriormente se consumía marihuana, según los vecinos del barrio. Los pobladores piden mayor presencia de la Policía en la zona para los controles en sitios estratégicos.
Exigen una lucha seria al microtráfico y, sobre todo, solicitan que profesionales acudan a desarrollar talleres sobre las drogas con los jóvenes.