La brecha, sin embargo, no se da en el caso de los profesores universitarios, según el informe anual de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre la educación presentado hoy.
Los profesores universitarios a tiempo completo en Brasil reciben unos 76.000 dólares anuales, por encima de muchos de los países del conocido como el “club de los países desarrollados” y a un nivel similar de los de Finlandia (80.000 dólares), Noruega (73.000) y Suecia (81.000).
Los autores del estudio pusieron el acento en el carácter marginal de la formación profesional en Brasil, con sólo un 4 % de los jóvenes de 15 a 19 años en 2014, cuando la media en la OCDE es del 25 %.
Si se tiene en cuenta la educación secundaria superior, el porcentaje era del 8 %, uno de los más bajos de los países analizados y netamente inferior al de otros países latinoamericanos como Chile, México, Colombia y Costa Rica, que estaban todos en el 30 % o más.
La OCDE recordó que la formación profesional se considera un mecanismo efectivo para el desarrollo de capacidades entre los que están faltos de cualificaciones para su inserción en el mercado laboral.
También hizo notar la brecha de las desigualdades entre hombres y mujeres en Brasil, ya que estas últimas cuando tienen estudios universitarios y trabajan a tiempo completo tienen remuneraciones que son sólo un 64 % de las de los primeros (la media en la OCDE es del 73 %).
“Mas alarmante” le pareció el hecho de que eso no se corrige en las generaciones más jóvenes: la diferencia salarial entre hombres y mujeres universitarias no es menor entre los grupos de edad de 35 a 44 años que entre los de 55 a 64 años.
Y eso pese a que las mujeres obtienen de forma general mejores resultados educativos que los hombres, y así son mujeres el 57 % de los estudiantes brasileños titulados con secundaria superior y un 60 % en la formación profesional.
Brasil está lejos de la OCDE en el acceso a la educación universitaria, con sólo un 14 % de los adultos que han llegado a cursar ese tipo de estudios, frente el 35 % de media en los 34 Estados miembros de la organización.
También se queda por debajo de otros países latinoamericanos como Costa Rica (23 %), Colombia (22 %), Chile (21 %) y México (16 %).
La situación cambia si lo que se compara es el gasto público en educación, que ha crecido de forma muy significativa, al pasar del 4,1 % del producto interior bruto (PIB) en 2005 al 5,5 % en 2013, frente al 4,7 % de media en la OCDE (4 % en Chile y 4,5 % en México).
