“El caucus unánimemente decidió oponerse al plebiscito”, dijo el líder laborista, Bill Shorten, tras calificar la consulta de “cara y divisoria” e insistir en que existen “pruebas abrumadoras” sobre el daño que la campaña causaría a los miembros de la comunidad LGTB.
“Australia puede hacer que la igualdad de matrimonios sea una realidad hoy mediante un voto libre en el Parlamento, y eso lo que se debe hacer”, añadió Shorten en rueda de prensa.
Los laboristas votarán en contra de la consulta no vinculante, propuesta por el Gobierno del primer ministro liberal, Malcolm Turnbull, durante el debate que tendrá lugar hoy en el Parlamento.
Se espera que la iniciativa sea aprobada pese a que no contará con el visto bueno del Senado.
El Partido Verde y otros senadores independientes en cuyas manos recaen las decisiones en la Cámara Alta también han hecho público que se opondrán a la propuesta gubernamental.
Anoche, el fiscal general, George Brandis, divulgó su propuesta de enmiendas a la Ley de Matrimonios para redefinir éstos como lazos entre “dos personas”, en lugar de entre “un hombre y una mujer”.
También permitiría a los ministros religiosos y no religiosos a rechazar a su celebración, así como el reconocimiento de este tipo de uniones en el exterior.
Australia, que acepta la unión civil en varios de sus estados, ha recibido críticas de varias organizaciones por su lentitud en la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo.
En diciembre de 2013, el Tribunal Superior anuló una ley que permitía estas bodas en el Territorio de la Capital Australiana por considerar que contravenía la Ley Federal de Matrimonios de 1961.
También han fracasado propuestas legislativas similares en el estado de Tasmania y en Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney.