La Iglesia Joven peregrinó hasta la Basílica de Caacupé ayer para criticar la corrupción instalada en las instituciones del Estado y pedir el fin del planillerismo a los pies de la Virgencita Azul. La edición 28 de la multitudinaria muestra de fe partió desde el seminario propedéutico del km 51, donde compartieron preocupaciones, rezos y cánticos.
A pesar de las gotas, con la cruz peregrina de Juan Pablo en andas, los miembros de las pastorales juveniles de todo el país cuestionaron la poca inversión en educación en todos los niveles: primaria, secundaria y universitaria, producto de la malversación de los pocos fondos públicos que se destinan a cupos políticos, planilleros y amigos de autoridades de turno en lugar de invertir en la formación.
“Creemos que un joven que se prepara puede acceder a estos cargos, ya no más cuoteo político, planilleros y puestos para los amigos de las autoridades de turno”, expresa el manifiesto.
Los líderes de la Pastoral Nacional de Juventud calificaron en el primer día del novenario al sistema político de perverso y populista por comprar la voluntad popular.
“La corrupción impide mirar el futuro con esperanza”, dijo Félix Escobar, secretario ejecutivo de la Pastoral, tras la misa vespertina presidida por monseñor Ricardo Valenzuela.
El papa Francisco estuvo presente en las remeras, en las banderas y en las bocas de los jóvenes: su mensaje y su recuerdo. La gran movilización de jóvenes por la educación y la transparencia en las universidades se reivindicó una y otra vez como una respuesta a la propuesta del Papa de armar lío organizado.
Desde el púlpito de Caacupé, los jóvenes invitaron a los grupos criminales Ejército del Pueblo Paraguayo y la Asociación Campesina Armada a cambiar su estilo de vida “porque la violencia usada para amasar fortunas que escurren sangre no convierte a nadie en poderoso ni inmortal”.
Ni los religiosos se salvaron de los cuestionamientos juveniles. Urgieron una Iglesia con olor a oveja más cercana a los jóvenes y reclamaron el acompañamiento de los obispos, sacerdotes, religiosos y laicos para una mejor orientación y para dejar de ser una Pastoral de pasatiempo.
Por la vida. Con sus hijos en brazos, varios padres jóvenes alertaron sobre los ataques que sufre la familia. La Pastoral denunció las leyes que dan a entender que buscan la igualdad, pero discriminan por detrás a los que creen en la familia entre papá y mamá.
Rechazaron las leyes que permitan el aborto, la eutanasia, el suicidio asistido y cualquier tipo de violencia contra la vida desde la concepción hasta la muerte natural.
Los peregrinos arribaron de distantes sitios, como el grupo musical nivacle Cristo Rey de Filadelfia que animaron la previa de la mano de Mauricio Valdez. Luz Lezcano cantó, bailó con ellos y habló de las faltas de oportunidades de estudiar que le carcome. La luqueña sostuvo que la lucha contra la corrupción empieza por uno.
