29 mar. 2024

Los hospitales de campaña despiertan la solidaridad árabe en Siria

Alepo (Siria), 18 ene (EFE).- Los hospitales de campaña en la provincia de Alepo, en el norte de Siria, reúnen a médicos voluntarios de muchos países árabes que se esmeran en salvar vidas, pese a que el régimen los ha convertido en un objetivo militar más.

El médico saudí Abu Malik estaba una noche en su casa de Riad cuando se estremeció al ver en el informativo las últimas imágenes de sirios heridos por la metralla y los testimonios que clamaban por la falta de doctores y de equipamientos en ese país.

En ese momento, este especialista en cirugía ortopédica decidió hacer las maletas y partir para ayudar al pueblo sirio.

“Claro que tengo una posición en favor de la revolución, no la puedo ocultar y simpatizo con los sirios que luchan por su libertad, pero como médico no me importa la identidad del paciente ni la comunidad a la que pertenece”, asegura a Efe Malik.

Aunque se encuentra en un hospital de campaña de una zona cercana a Turquía y atiende a rebeldes heridos en combate, este doctor de 30 años recuerda haber tratado a tres soldados gubernamentales que fueron trasladados por el Ejército Libre Sirio (ELS).

Malik explica que aquellos heridos recibieron tratamiento hasta que se estabilizó su estado de salud y posteriormente fueron entregados de nuevo al ELS.

La actividad del improvisado centro hospitalario se ha visto, no obstante, alterada por los bombardeos del régimen.

Según Mundir Bulad, director del hospital -ubicado en un lugar no identificado por cuestiones de seguridad-, el edificio fue bombardeado en dos ocasiones hasta que fue derribado.

En su opinión, los proyectiles que impactaron en el hospital no fueron indiscriminados, sino que el régimen ha convertido este tipo de centros en objetivos militares.

Por eso, aunque la aviación siria ya no sobrevuela la zona desde que los insurgentes derribaran uno de sus cazas en las inmediaciones, las camas siguen rodeadas con sacos terreros.

“Son solo medidas de prevención” por miedo a que el régimen ataque el hospital de campaña, donde normalmente tratan a los combatientes rebeldes, señala a Efe Bulad.

El centro cuenta con veinte camas y recibe un promedio de cinco heridos diarios, a menos que exista una batalla en una zona cercana.

Entonces la cifra puede subir hasta los 85 casos al día, comenta el responsable, como ocurrió una noche en la que tuvo que convocar a todos los médicos disponibles.

Los heridos más graves son trasladados en ambulancias a las ciudades más próximas de Turquía, donde los hospitales están mejor equipados.

En este lugar remoto de la provincia de Alepo, Bulad agradece las donaciones recibidas, aunque reconoce que los medicamentos y suministros médicos han disminuido, pese a que “continúan las necesidades”.

En ese difícil contexto, los médicos extranjeros prestan una importante ayuda. Solo en ese centro de Alepo, hay diez sirios y cinco voluntarios procedentes de Túnez, Marruecos y Libia, entre otros países árabes.

También hay otros hospitales de campaña repartidos por esa provincia septentrional, como uno establecido por el Sindicato de Médicos Egipcios al que acuden un alto número de pacientes de ambos sexos y que emplea a una mayoría de profesionales egipcios.

En el caso de Ali Malik, sus compañeros le agradecen su dedicación desde que se incorporase al hospital hace un mes, ya que “se ha ganado el respeto de todos y trabaja con seriedad durante muchas horas”, apunta el director sirio.

A punto de que acaben las vacaciones que le concedieron en Arabia Saudí, Malik siente que todavía puede colaborar y ya está pensando en regresar. “Hay compañeros que pueden sustituirme en mi ausencia”, se consuela mientras tanto el cirujano.

Suliman al Asad