Los empleados estatales reclaman al Gobierno negociaciones paritarias de actualización salarial “sin techo” preestablecido y con un límite mínimo de aumento del 38 por ciento.
ATE exige un “aumento salarial que recupere lo perdido en el 2016 y le gane a la inflación proyectada para el 2017", según indicó hoy la sección porteña del gremio en un comunicado.
También se pide el fin de los despidos en la administración pública, que se establezca un salario mínimo para todos los trabajadores municipales y el pase a planta de “compañeros y compañeras precarizados” que no gozan de contratos permanentes.
La de hoy es la segunda convocatoria de huelga realizada en una semana, después de la que ATE realizó el pasado 12 de abril.
El paro se complementará con movilizaciones en las principales ciudades del país.
En Buenos Aires, los sindicalistas se concentraron a primera hora frente al Ministerio de Hacienda y, cerca del mediodía, prevén llevar a cabo un corte de tráfico en dos de las principales avenidas del centro de la capital.
Estas huelgas se produce en un contexto de creciente tensión entre el Gobierno y los sindicatos, que a principios de este mes realizaron la primera huelga general bajo el mandato de Mauricio Macri.
Los empleados estatales fueron uno de los primeros sectores en enfrentarse contra el Gobierno ya desde muy poco después de la asunción presidencial (diciembre de 2015), debido a los planes del Ejecutivo de reducir y revisar la plantilla de funcionarios.
Para el oficialismo, el aparato estatal fue engordado para maquillar el desempleo durante el kirchnerismo (2003-2015).