Alrededor de 2.000 personas se reunieron en la abadía, situada apenas unos metros del Parlamento, dos semanas después de que Khalid Masood sembrase el terror en el corazón de Londres al atropellar con un vehículo a unos viandantes en el puente de Westminster y matase a un policía ante la sede parlamentaria.
En el ataque, cinco personas murieron, entre ellas el agresor, y unas cincuenta resultaron heridas.
Además de los representantes de la familia real británica, la ministra de Interior, Amber Rudd, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, y el jefe de la Policía Metropolitana de Londres en funciones, Craig Mackey, se dieron cita en el templo religioso para acompañar a los heridos y a los familiares de las víctimas.
Tras atropellar a varias personas y matar al policía, Masood fue abatido por agentes armados.
Además de Masood, en el ataque perdieron la vida el policía Keith Keith Palmer, Aysha Frade -que tenía nacionalidad británica aunque era de origen español-, el turista americano Kurt Cochran, y un jubilado británico de 75 años, Leslie Rhodes.