El informe “Monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos 2015", presentado hoy en Bogotá por la UNODC, apunta además que la producción potencial de clorhidrato de cocaína se incrementó el año pasado un 46 % al pasar de 442 a 646 toneladas métricas.
“En dos años se ha duplicado el territorio con cultivos de coca en el país”, sentenció el representante de la UNODC en Colombia, Bo Mathiasen, al presentar las conclusiones, ya avanzadas este jueves por el Gobierno colombiano, que se declaró preocupado pero no sorprendido.
“Una situación similar a la que teníamos en 2007 pues es preocupante, porque había una tendencia clara al descenso y recuperar los niveles -estamos a unas hectáreas por debajo de lo que estuvimos en 2007-, es supremamente preocupante”, dijo el director de la oficina de la Atención Integral de la Lucha contra las Drogas, Eduardo Díaz.
La clave para entender el aumento de 2015, que sigue al incremento del 44 % registrado en el anterior informe anual, es la concentración que, según la UNODC, experimentan los cultivos de coca.
“El 87 % de este incremento sucedió en los territorios que ya estaban afectados en el año 2014", explicó Mathiasen, quien consideró que en esas zonas “la situación es más compleja debido a los cultivos ilícitos y su interacción con el narcotráfico, la restricción de los mercados, la falta de seguridad, y una presencia institucional insuficiente”.
Sin embargo, agregó el representante de la UNODC, “la afectación se reporta cada vez en menos territorios, lo que confirma la tendencia de tener más coca en menos territorio, siendo 2015 uno de los años con menor área afectada en toda la serie histórica”.
Mathiasen achacó el aumento a cuatro variables, por un lado que los productores perciben menos riesgo de llevar a cabo la actividad ilícita, “debido a la suspensión de la aspersión aérea (del herbicida glifosato) y la posibilidad de evitar la erradicación manual mediante bloqueos a la fuerza pública”.
Asimismo, una “percepción de que como contraprestación de cultivos ilícitos es posible recibir beneficios”, así como “elementos coyunturales” que invitaron a producir coca para generar ingresos, “por ejemplo personas que trabajaban en la industria petrolera” o que se vieron afectadas por las sequías que trajo el fenómeno de El Niño.
Finalmente, fue decisivo el “claro aumento en los precios” de la hoja de coca, cuyo kilo pasó de 2.150 pesos (0,73 dólares) en 2014 a 3.000 pesos (1,02 dólares) en 2015.
Con estas 96.000 hectáreas de coca, Colombia es “el principal productor de cocaína” de la región por detrás de Perú, que la ONU espera mantenga “estable” sus 42.900 hectáreas, y Bolivia, que recientemente indicó que en 2015 registró 20.200 hectáreas cultivadas, indicó Mathiasen.