La exposición es la más grande jamás celebrada en Europa, pero no se trata simplemente de extravagantes trajes en exhibición; Elvis amaba sus coches y el O2 ofrecerá una tentadora pista a lo que se puede encontrar en el Museo del Automóvil de Presley en los terrenos de Graceland.
El museo en Memphis alberga una variedad alucinante de automóviles, incluyendo su famoso Cadillac rosa, El MG convertible rojo brillante de la película Blue Hawaii, (que era el único coche utilizado en las películas de Elvis que el mismo poseía en realidad), así como un buggy y varias motocicletas.
El rosa Cadillac Fleetwood (que finalmente le dio a su madre) y el 1960 MG convertible son dos de los vehículos que ahora residen temporalmente en el O2 hasta agosto, así como el Electra-Glide Harley Davidson (1976) y su Lincoln Continental (1956).
El Continental se convirtió en uno de los favoritos de Presley, pero solo fue comprado durante una gira en Miami para reemplazar un coche que terminó cubierto de mensajes de buena voluntad de los aficionados, después de que habían descubierto donde se alojaba durante la noche. El Lincoln es un coche raro en sí, ya que solo fueron hechos 3.000 de ellos. El costo en ese entonces era una suma bastante fuerte de USD 10.000.
El Cadillac rosa es simplemente icónico; de muchas maneras en él se resumen todas las esperanzas y los deseos del sueño americano de la década de 1950 en una gran bola de nostalgia rosa brillante. Aunque el vehículo comenzó siendo azul antes de Elvis, él quería que fuera rosado y lo utilizó en una gira antes de entregárselo a su madre.
Angie Marchese, el director de los Archivos en Graceland, ha descrito el Cadillac como “el coche más importante que tenemos en nuestra colección”, por lo que tenerlo aquí en el Reino Unido durante tanto tiempo es un verdadero placer.
Para Elvis, coches y motos le dieron algo de libertad que tanto necesitaba de las presiones de la fama. A menudo, felizmente, hacía de chofer con sus amigos alrededor y prefería ser práctico y conducir a sus destinos en lugar de, simplemente, sentarse en la parte de atrás.
Los coches para Elvis eran mucho más que un medio para llegar aun determinado lugar, eran una reliquia muy preciada. Historias de Elvis regalando coches a los amigos cercanos y familiares abundan demasiado. Y está claro que Elvis Presley era un hombre muy generoso.