El titular de Defensa, Michael Fallon, avanzó que el equipo dejará de trabajar el próximo verano, tras la publicación hoy de un informe parlamentario que asegura que las pesquisas son “profundamente perturbadoras” para los militares británicos investigados, tanto retirados como en servicio.
La Policía de la Marina Real británica se hará cargo de los 20 casos que el Equipo de Alegaciones Históricas en Irak prevé mantener abiertos en los próximos meses.
El grupo ha evaluado más de 3.500 acusaciones relativas a torturas, abusos y asesinatos desde que fue establecido en 2010 por el Gobierno laborista del ex primer ministro Gordon Brown.
El informe del Comité de Defensa de la Cámara de los Comunes asegura sin embargo que la mayoría de casos no contaban con pruebas creíbles y ninguna investigación ha derivado en acusaciones formales.
“Esto será un alivio para nuestros soldados, que han visto cómo las alegaciones pesaban sobre ellos durante demasiado tiempo. Vamos a actuar para detener estos abusos a nuestro sistema legal”, dijo Fallon en un comunicado.
El informe parlamentario sostiene por su parte que “mientras el coste para el contribuyente es significativo, el coste psicológico para los soldados individuales es aún mayor”.
“Sus vidas han quedado en suspenso y sus carreras dañadas, en ocasiones durante años, por las alegaciones que se hicieron contra ellos. En muchos casos, no había ninguna prueba creíble. Los efectos de esta situación sobre los militares británicos son profundos y duraderos”, critica el texto.
En septiembre, el ex primer ministro laborista Tony Blair, que decidió la participación del Reino Unido en la guerra de Irak, lamentó que los militares británicos hayan pasado por una “experiencia penosa” debido a esas investigaciones.
“Creo que ese proceso no debería haber tenido lugar. Siento mucho que nuestros soldados y sus familias hayan sido arrojados a esta experiencia penosa”, afirmó el antiguo jefe de Gobierno.