25 abr. 2024

Lo público es partidario

Akapete

De que la ficticiamente llamada TV Pública nunca logró nacer, es una realidad que debemos reconocer antes de enfocarnos a discutir lo que pasó en el Senado con el show montado por Fabrizio Caligaris, ministro de la Sicom, sobre la transmisión realizada el 28 de febrero de una actividad interna del Partido Colorado a la que asistió el presidente Horacio Cartes en su carácter de operador del candidato a titular partidario Pedro Alliana, su elegido.

Mucha polvareda fue levantada por los políticos de diversas bancadas; y las poses de indignación no se hicieron esperar. El voto de censura es una de las sanciones que procurarán imponerle a Caligaris, posiblemente sin lograrlo ni de rebote, luego de la interpelación este martes último. Apoyar al caballo del comisario le rinde esa impunidad a la que aspiran hurreros, seccionaleros y lametrastes, pero al que pocos acceden hasta que caen en desgracia y vuelta al círculo vicioso.

El referente oviedista en la Cámara Alta, Jorge Oviedo Matto, remitió los cuestionamientos al ministro a una mera corneada entre colorados rabiosos. Ni reparó en lo atentatorio al principio de pluralidad que representa la cuestionada cobertura, que en simultáneo es un inconstitucional acto y un mal uso de bienes del Estado en propósitos particulares. No solo debería ser interpelado sino denunciado ante la Fiscalía.

Caligaris, montado al lomo de su enorme arrogancia e ignorancia de cualquier concepto ciudadano, confundió todos los tantos y ratificó que seguirá transmitiendo cualquier acto donde esté Cartes.

El responsable de la hoy llamada HD Paraguay TV no sabe qué es lo público ni lo estatal, menos lo tuyo, lo mío y de aquel. Solo apunta a darle cabida a lo partidario y con exclusividad al candidato del mandamás de turno. Cualquier idea de autonomía, respeto colectivo y bien de la sociedad se la pasa por el copete. Por lo menos eso se desprende de su escueto, deslucido y poco ingenioso libreto exhibido ante un poco productivo Senado.

Ahora habla de buscar —al igual que la presidenta colorada, Lilian Samaniego—, una normativa regulatoria. Viejo chiste de todos quienes pasaron por la Sicom. Ya en la era Lugo se planteó lo mismo –hasta un comité asesor dejó un proyecto bien armado de TV Pública–, pero cuando las cosas hay que hacerlas bien, todo se tranca y boicotea. Desde el de más alto coturno hasta los de a zapatilla conspiran.

Caligaris es solo la rama que mece al verdadero organgután del zoológico. Mientras obedezca al patrón, lo público –o estatal, qué más da– seguirá siendo como en la dictadura de Stroessner, un acto partidario. No al revés.