29 mar. 2024

Llano debe saber que, a ley pareja, nadie se queja

Desde mi balcón

Me parece sumamente auspicioso y hasta alentador para el erario público, primero, y para la imagen del Congreso Nacional, después, la intención de su nuevo presidente, el senador Blas Llano, de recortar ciertos excesos que se establecieron en el presupuesto de ese Poder del Estado.

Entre esos “excesos” Llano anunció su propósito de eliminar determinados beneficios que tienen los funcionarios del Senado, entre ellos, por ejemplo, cuatro de los cinco aguinaldos que se les otorgan anualmente.

Los cinco aguinaldos anuales que reciben los funcionarios permanentes de la Cámara Alta le cuestan al Estado al menos unos G. 18.000 millones (USD 4,2 millones) y representan el 15% de su presupuesto anual (ULTIMAHORA.COM).

El privilegio en cuestión, debo aclararlo, lo reciben los funcionarios permanentes, no así los contratados, y se da tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados. Según el propio Llano, los gastos que quiere recortar afectarán específicamente a los funcionarios de la Cámara Alta. Y hete ahí el problema. Es decir, lo malo de la propuesta de Llano es que los supuestos “recortes” solo afectarían a los funcionarios de la Cámara de Senadores, los que –obviamente– ya se hicieron sentir con manifestaciones y protestas.

Si lo que el presidente del Legislativo quiere realmente es implementar un plan de austeridad, este debe, necesariamente, incluir a todo y a todos en el Congreso Nacional.

¡Bien por el recorte!, pero que ese plan de ajustes incluya también varios de los muchos beneficios que innecesariamente mantienen senadores y diputados así como los funcionarios permanentes de esta ultima instancia legislativa.

De esa manera no solo estará implementando un verdadero programa de austeridad acorde a lo anunciado por el presidente de la República, sino que habrá dado un claro mensaje político a quien quiera verlo y oírlo ya que, a ley pareja, nadie se queja.