Ella le envió una carta este año a Francisco y nunca se imaginó que desde el Vaticano la llamarían por teléfono. Le anunciaron que se prepare porque iba a recibir una invitación para que vaya junto a sus amigos.
Vendieron comidas, rifas, recibieron donaciones e hicieron préstamos para poder viajar hasta Roma.
“Fue más emocionante porque esta vez yo fui a él y más emocionante fue ver a mis amigos cumplir sus sueños, porque ese era mi objetivo también”, relató la joven, quien tras fundirse en un abrazo con el Papa le presentó a cada uno de sus once amigos de Cordillera.
Contó que el Santo Padre, una vez que la vio, la reconoció y sonrió. “Paraguayos con calor y sin tereré”, les dijo en tono distendido.
Le regalaron un sombrero piri y un cuadro de la Virgen de Caacupé. Aprovecharon también para pedirle que bendiga una imagen tallada de la Santísima.
“Paraguay tiene las mujeres más heroicas de América. De los hombres no digo nada, porque algunas dicen: ‘Y los hombres más vagos de América’”, remató Francisco sin perder el humor.