Sin embargo, se generó una polémica porque los empresarios paraguayos del sector metalúrgico aseguran que el Gobierno no quiere la participación de la industria nacional en esta obra.
Resulta que el pliego de bases y condiciones, elaborado por la ANDE, exige a las empresas oferentes que el promedio de la facturación registrado en los mejores cinco años, de los últimos diez años, sea de USD 23 millones para el Lote 1 (subestación de Ayolas) y de USD 24 millones para el Lote 2 (subestación Villa Hayes).
El ingeniero Carlos Oses, vicepresidente del Centro de Industriales Metalúrgicos (CIME), aseveró que resulta totalmente imposible para una empresa paraguaya cumplir con ese requisito de la ANDE porque el mercado local no tiene ese caudal de negocios. Dijo que esto solo busca que las empresas extranjeras sean las oferentes calificadas. Añadió que ni siquiera formando un consorcio se podrá llegar a la cifra que pretende la estatal.
“La postura del CIME es que la ANDE no piensa en la industria nacional o no quiere que la industria nacional participe. Con estos prerrequisitos lo único que hace es llamar a empresas internacionales a hacer trabajos que empresas nacionales pueden hacer”, indicó.
Agregó que tal vez no puedan hacer todas las obras, pero existen trabajos que las firmas nacionales sí pueden ejecutar. Recordó que en la línea de 500 kV de Itaipú, los metalúrgicos locales hicieron 166 torres.
“No nos pueden descalificar por calidad o por falta de experiencia, entonces están apareciendo otros argumentos y están yendo a la capacidad financiera”, acotó.