Los políticos británicos recorrían el país ayer, en el último día de una agitada campaña electoral que definirá el enfoque de Reino Unido para abandonar la Unión Europea y que ha sido eclipsada por dos ataques terroristas en las últimas semanas. La primera ministra, Theresa May, llamó inesperadamente a las elecciones del 8 de junio hace 7 semanas, con el fin de aumentar su mayoría parlamentaria y fortalecer su mandato antes del inicio de las negociaciones del brexit. En ese momento los sondeos le eran muy favorables, pero la situación cambió. La campaña tuvo una serie de giros inesperados, entre ellos, el ataque de extremistas más mortífero en Reino Unido desde el 2005 y una fuerte contracción de la ventaja de May en las encuestas, de más de 20%. Los ataques del EI en Mánchester y Londres pusieron el foco en la seguridad, mientras que May se vio obligada a dar marcha atrás en una promesa política de asistencia social, una medida que los expertos dijeron no tiene precedentes en la campaña británica. REUTERS