“Voy a dejar que hable y le voy a enseñar después las verdades con números reales”, comenzó diciendo el secretario de Estado con respecto a los recursos a ser destinados por Petróleos Paraguayos (Petropar) para ingresar al mercado de la venta de gas de uso doméstico y vehicular.
Para el presidente de la Cámara Paraguaya del Gas, Pedro Balotta, no es buen negocio que la petrolera estatal invierta USD 40 millones. Tampoco se mostró de acuerdo con el acuerdo de provisión realizado con Bolivia.
“Lo que creo es que así como el oligopolio del combustible tenía de rehén a los automovilistas del Paraguay hasta que este Gobierno entró a sincerar los márgenes, así debe ocurrir con el gas, donde 4 empresas manejan el 88% de la importación”, expresó Leite.
En ese contexto, desafío a los empresarios del sector a mostrar los márgenes de ganancia a la gente y en forma tajante expresó que no alcanzarán los huevos de todo el país para lo que le van a querer tirar.
“Es bueno que las cosas se transparenten, de la misma manera que el Estado debe mostrar todo, así deberían hacer los empresarios del sector a ver qué dice la gente. De por ahí, la gente pide a gritos que se les deje de meter la mano en el bolsillo sin control”, manifestó.
La comercialización de gas licuado de petróleo en el mercado local se convirtió en un nuevo motivo de enfrentamiento entre las fraccionadoras privadas y el Gobierno. Ambos bandos enfrentados dejan flancos de dudas sobre el negocio, según se desprende de los ataques que se sucedieron ante la opinión pública.
El gobierno del presidente Horacio Cartes, a través de sucesivos administradores de Petropar y el ministro de Industria y Comercio, Gustavo Leite, se lanzó con todo a concretar el ingreso de la estatal al mercado de venta de gas licuado de petróleo (GLP).
Sin embargo, apenas iniciados los trámites, la estatal de combustibles se sumerge en un escándalo de corrupción. Se detectó que en la puja para la compra de 200.000 garrafas de gas hubo una sobrefacturación de alrededor de USD 4 millones.