28 mar. 2024

Legalidad, salud, educación, seguridad

Ricardo Rodríguez Silvero

Konrad Adenauer decía: "¡Tanto Estado como sea necesario y tanto mercado como sea posible!”. Hacía referencia a que el sector público debe tener su mínima expresión y a que el mercado debe prevalecer. No obstante, como este por sí solo no provee bienes y servicios para satisfacer necesidades humanas imprescindibles, hay que recurrir al sector público, pero manteniéndolo lo más chico posible, porque tiende a sobredimensionarse y corromperse en su intento por proveerlos. Esos objetivos del título, propios del desarrollo sostenible, son atribuciones de un Estado transparente, eficiente y controlado.

MERCADO IMPRESCINDIBLE. Fanáticos del mercado argumentarán que tales adjetivos son una contradicción con el sector público. Pero está demostrado, con mayor frecuencia en los últimos siglos, que legalidad, salud, educación y seguridad no pueden ser abastecidas espontáneamente por fuerzas del mercado. Cuando estas predominan y la administración pública es débil y venal, prevalecerán informalidad, enfermedades, ignorancia e inseguridad.

Nuestro país falla en la satisfacción plena de estas necesidades: Cumplir y hacer cumplir las normas vigentes, así como atención y seguros médicos, acceso a educación general y técnica, juntos con la necesidad de sentirse y estar seguros en el camino hacia la prosperidad compartida.

ILEGALIDAD. El grado de informalidad (clandestinidad, delitos económicos y criminalidad) en nuestro país es mayúsculo y se encuentra tan expandido como descontrolado. Clandestinidad es la no registración, en los registros públicos, de las actividades de personas físicas y jurídicas. Aquí tienen vigencia aún estilos de vida y de producción al margen de la legalidad, deformados por sistemas híbridos de mercantilismo trunco, capitalismo salvaje y estatismo incompetente. Delitos económicos de gran envergadura siguen en auge, como evasión tributaria, contrabando y lavado de dinero. La presencia, en municipios y gobernaciones, de individuos vinculados a mafias y narcotráfico, es síntoma de degeneración precoz. Corremos peligro de repetir lo de Colombia, en décadas pasadas, y de México, en las presentes.

SALUD DESATENDIDA. La atención de las enfermedades y los seguros médicos siguen siendo deficitarios. La menor parte de la población tiene acceso a profesionales de la salud y a seguros sociales. Los porcentajes de cobertura se encuentran en torno al 20% y aún así sufre con la escasez de médicos, enfermeras y personal de apoyo, así como de medicamentos a precios asequibles.

IGNORANCIA. La educación sigue siendo una de las peores del continente. A pesar de los esfuerzos de dotar al país de mejores programas de enseñanza, maestros e instituciones educativas, los resultados logrados son magros. Existe una proliferación de estas, incluidos institutos superiores y universidades, pero la mayor parte no cumple con los requisitos más elementales de su área.

INSEGURIDAD. Es en materia de seguridad donde mejor puede notarse la ausencia del estado de derecho. Se hace referencia a seguridad jurídica y física. Hay zonas del país, donde el sector público parece no ejercer soberanía, como en el centro, norte y este de la Región Oriental, la más habitada. El autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo, que no es ni del pueblo ni es ejército, sigue secuestrando y vejando impunemente, sin que el Gobierno haya podido imponer estado de derecho. Lo mismo puede decirse de las mafias que activan en la frontera con el Brasil. El narcoterrorismo ya no es un neologismo.

INTERACTIVIDAD. Finalmente hay que aclarar que en las áreas mencionadas arriba, obviamente se necesita la colaboración del sector privado para que tales servicios puedan ofrecerse mejor. Además, hay otras áreas, que son también del ámbito del sector público, pero en las que la actividad del privado es tan fundamental como imprescindible, como son la generación de puestos de trabajo y la preservación del equilibrio ambiental. En conclusión, en todos los casos será necesaria la cooperación público-privada, en mayor o menor medida.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.