Entre los lectores algunos opinan que se tendría que poner “filtros” a las listas para el Parlamento, y también sugieren poner límite a la reelección a la que pueden acceder diputados y senadores en cada comicio general.
Una de las críticas más comunes apunta a la falta de preparación académica de los parlamentarios. “La mayoría, salvo honrosas excepciones, son gente sin estudio, sin preparación, con antecedentes”, expresa un lector.
Otro opina que quienes ocupan las bancas del Parlamento son “la peor gente, el rejugo“, “cualquiera es diputado y cuando más tavyrón y facineroso más chance de llegar”.
La larga lista de quejas prosigue señalando que los diputados “se pasean con la plata del pueblo, pero no hay para la merienda escolar, no hay para mejorar aulas, no hay para mejorar rutas, no hay para mejorar el país”.
Otros lectores agregan que todo este despilfarro ocurre porque a la hora de elegir parlamentarios se vota “por el trapo” y no por las propuestas, en alusión al fanatismo por los partidos políticos tradicionales.