20 abr. 2024

Le faltó definir

Olimpia soportó estoicamente a Guaraní, jugando 95 minutos con 10 jugadores. El clásico se desnaturalizó muy rápido. La expulsión de Rolón, antes de los 2 minutos, transformó la fiesta franjeada de las gradas y los gritos de aliento se convirtieron en exclamaciones de preocupación.

Aislado.   Ovelar fue el jugador franjeado más adelantado. Jugó prácticamente en soledad.

Aislado. Ovelar fue el jugador franjeado más adelantado. Jugó prácticamente en soledad.

Si en la previa Guaraní aparecía como un rival temible, especialmente por su gran poder ofensivo, con la superioridad numérica de hombres se multiplicó esa teoría. Pero los jugadores aurinegros se encargaron de que esa percepción sea errónea. Los de Jubero equivocaron el camino para atacar. Centralizaron el juego y facilitaron la tarea defensiva franjeada.

Arce reacomodó su equipo ubicando a Aranda como lateral derecho y Candia como central. No sufrió el Decano en el primer tiempo, porque Guaraní, sin desborde, desesperó e intentó vulnerar el arco de Campestrini con remates desde fuera del área. Una sola vez pudo penetrar el área local, cuando Ocampo apiló a tres rivales y su remate fue apenas desviado. Muy poco para un equipo tan ofensivo como Guaraní y muy loable lo de Olimpia, que fue solidario para equilibrar el jugador menos en cancha y neutralizar al rival.

Contra la cuerda. En la complementaria, Olimpia se replegó aún más. Guaraní lo arrinconó contra su área, Julio Cáceres dejó su zona defensiva y fue un colaborador más en los intentos ofensivos del Aborigen, que las veces que superó la línea de centrales, se topó con la invulnerable figura de Cristian Campestrini.

La noche desafortunada de Olimpia tuvo otro episodio que limitó al técnico Arce. Cuando preparaba el ingreso de Salcedo y pensaba cambiar su esquema táctico, buscando mayor agresividad en ataque, se lesionó Carlos Acuña, quien apenas jugó 17 minutos.