Por Pedro García Garozzo
El equipo conformado por Verónica Cepede, Montserrat González Benítez, Sara Giménez y Camila Giangreco, enfrentará a la representación local encabezada nada menos que por dos ex números 1 del mundo: Ana Ivanovic, que hoy ocupa el puesto 6 en el ranking de la WTA y Jelena Jankovic, número 17 del orbe.
Al ya citado hecho histórico de una presencia deportiva guaraní en Novi Sad, se suma el regreso a la alta competencia del tenis femenino a nivel de naciones de una representación nacional después de veinte años (en 1995, pero de locales, perdimos en similar instancia que afrontamos por ultima vez frente a Eslovaquia), después de haber competido en la élite mundial en 1991, 1992 y 1994.
No han sido muchos los enfrentamientos entre deportistas serbios y paraguayos.
Incluyendo a lo que fueron en el pasado encuentros con oriundos de la antigua y escindida Yugoslavia (cuya capital Belgrado hoy justamente pertenece a Serbia), han sido muy escasos tales duelos.
Por primera vez, un gran referente del futbol de la nación serbia, el Partizán de Belgrado, llegó al Paraguay para protagonizar un par de partidos que quedaron en los anales del más popular deporte, como los primeros cotejos entre elencos nacionales y europeos.
Fue en enero de 1954. Libertad, que ya empezaba a forjar el equipo que sería sensación al año siguiente ganando el título de la entonces Liga Paraguaya de Futbol, derrotó en su reducto de Tuyucuá al Partizán por 4 a 3 y Sportivo Luqueño que había sido campeón de la temporada 1953 se impuso por 4 a 1. Los auriazules luego representaron a nuestro balompié en la copa Ciudad de Montevideo, justa precursora de la Libertadores de América, que disputaban los campeones y clubes más representativos de varios países de Sudamérica y algunos convidados del Viejo Mundo.
Si nos fue muy bien a nivel de clubes frente a los eslavos, ocurrió lo contrario en las citas de selecciones nacionales.
En la final del mundial de futbol de Suecia 1958, la selección nacional se enfrentó a la de Yugoslavia el 15 de junio, empatando 3 a 3 en Ekilstuna. El resultado le dejó como mejor tercero (y noveno en la clasificación general). Pero la derrota 3-7 ante Francia, pese al posterior triunfo 3-2 contra Escocia, dejó fuera de cuartos de final a la albirroja.
Hubo otro posterior encuentro contra Yugoslavia en un mundialito organizado por la Confederación Brasileña de Futbol en junio de 1972, en conmemoración a los 150 años de la Independencia del Brasil. La historia se repitió, pues Paraguay que había cumplido gran campaña y batido a Venezuela, Bolivia y Perú, quedó eliminado por los europeos que ganaron el grupo C.
Aquella ya citada hegemonía guaraní a nivel de clubes de futbol, en los primeros registros de 1954, tuvo otra manifestación positiva el mismo año, esta vez en el básquetbol, el deporte que tiempo después ubicó a Yugoslavia en el máximo sitial del mundo a nivel de selecciones, encabezada por quien en su momento fue el máximo astro internacional y uno de los mayores referentes de todos los tiempos en la disciplina del cesto: Drazen Petrovic.
En el campeonato del orbe de 1954 que se disputó en Rio de Janeiro, nuestra selección superó a la de Yugoslavia por 67-62, el 3 de noviembre.
Tres puntales tuvo nuestro combinado en ese memorable triunfo: Aristides Isusi que convirtió 21 puntos, Francisco Yegros, que llegó a deslumbrar luego en filas del campeón brasileño Sirio, que apuntó 20 tantos y Jorge Bogado que aportó 15. Tambien anotaron en ese histórico match, José Emilio Gorostiaga 6, Antonio Zappattini 3 y Gustavo Bendlin 2,
Solo nueve años después de ser derrotada por Paraguay, la escuadra eslava subía al podio en el mundial de Brasil como subcampeona y repetiría la hazaña en la siguiente cita ecuménica de 1967 en Montevideo, para ganar en casa, como local su primero de cinco títulos mundiales en 1970. Por contrario imperio, el baloncesto paraguayo solo intervino una vez más en finales de campeonatos del mundo y se sumió después en un profundo letargo del que tanto le cuesta despertar.
Yugoslavia ha sido una potencia mundial en el baloncesto y aún hoy, segmentada políticamente continúa en la élite, como lo demuestra la clasificación del ultimo mundial jugado en España el año pasado, donde Serbia obtuvo el subcampeonato perdiendo la final ante EEUU, ubicándose Eslovenia entre los ocho mejores y Croacia entre los 16.
En Turquia en 2010, Serbia quedó en cuarto lugar, Eslovenia octavo y Croacia decimocuarto.
Unida como Yugoslavia, conquistó cinco títulos mundiales: en 1970 en Ljubliana (como dueña de casa), en 1978 en Manila, en 1990 en Buenos Aires, en 1998 en Atenas y en 2002 en Indianapolis.