Leemos en el libro de Josué, en el capítulo 6. La entrada de los israelitas en la Tierra Prometida. Un poblado llamado Jericó, rodeado de murallas, se les oponía. Los israelitas luchaban y rezaban por la victoria dando vuelta a las murallas. Al séptimo día de hacerlo, dieron siete vueltas rezando y las murallas se derrumbaron.
Por supuesto que nada de esto es historia. Es una alegoría de la fuerza de la oración de comunidad en un ambiente de guerra.
Desde entonces las murallas simbólicas de Jericó han inspirado las oraciones de muchos creyentes pidiendo por causas que ellos creen justas.
Y , mañana 13 de julio, un grupo de religiosas y religiosos católicos acompañados de laicos, vamos a hacer una oración caminante alrededor del Palacio de Justicia, dando siete vueltas a su alrededor. Será a las 8 de la mañana y están todos los creyentes invitados.
Lo interesante es saber cuáles vayan a ser las murallas que pedimos caigan en este caso.
Pero, por favor, no teman. No vamos a rezar para que se derrumbe el Palacio de mármol blanco de Justicia.
Pero, sí vamos a rezar por algo muy importante: que desaparezca la injusticia con que, en demasiadas ocasiones, se vende y se compra algo tan sagrado como es el ejercicio de la Justicia terrena por algunos fiscales, abogados jueces, magistrados y Corte Suprema para el daño de ciudadanos inocentes.
Un caso es el de la masacre de Curuguaty en Marina Kue: investigación mal hecha, farsa de juicio, sentencias sin fundamentos, negación de apelaciones y hábeas corpus.
Desde hace cinco años muchos ciudadanos estamos luchando por la libertad y compensación para los presos y familiares de los 11 campesinos asesinados.