Fuentes militares confirmaron hoy a Efe que varias de las “katibas” (milicias) lograron abrir una brecha en los aledaños del puerto pesquero, junto a la carretera que bordea la costa, donde al atardecer del miércoles se entablaron diversos combates.
Los fanáticos musulmanes que allí resisten -unos 150, según los responsables castrenses- trataron de frenar el avance con el lanzamiento de un coche bomba contra el hospital de campaña situado a la entrada del distrito, pero fracasaron en su intento, agregaron las fuentes.
“Uno de nuestros soldados murió y dos más resultaron heridos” en las escaramuzas de ayer, indicó un portavoz médico antes de elevar a 504 los milicianos libios que han perecido en combate desde que a principios de junio pasado comenzara el asedio a este puerto mediterráneo.
De ellos, 398 pertenecen a las milicias de la ciudad vecina de Misrata -la tercera en importancia del país-, que llevan el peso de la operación “Al Buyan al Marsus” (Estructura Sólida) lanzada en cooperación con el llamado gobierno de unidad impulsado por la ONU en abril.
“De momento, dominan aún las labores de información. Nuestros aviones de reconocimiento siguen sobrevolando el área”, una zona de unos dos kilómetros cuadrados de superficie densa en edificaciones y callejones estrechos, aclaró a Efe Abdul Latif, oficial de una de las milicias.
Otra fuente militar confirmó que el presidente del Consejo Presidencial designado por la ONU y jefe del Gobierno de unidad, Fayez al Serraj, visitó este miércoles el mando operativo central militar en Misrata.
Al Serraj llegó acompañado de miembros del órgano consultivo que preside para conocer los detalles de la operación, agregó la fuente sin ofrecer otros detalles.
Las milicias del oeste de Libia iniciaron hace una semana el asalto final a la ciudad portuaria de Sirte, bastión de los yihadistas desde febrero de 2016.
Hasta aquella fecha, los yihadistas habían impuesto un sistema de gobierno a semejanza del califato en Siria e Irak basado en el terror pero también en la oferta de seguridad e infraestructuras a una población abandonada.
En mayo, y después de que una amenazaran públicamente con avanzar a Misrata, la poderosas milicias de esta ciudad -la tercera en importancia del país- se unieron a otras del oeste de Libia para frenar su avance y liberar el puerto.
Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 rebeldes apoyados por la OTAN lograran derrocar la dictadura de Al Gadafi.
