24 abr. 2024

Las fábricas de Maos

Shaoshan (China), 8 sep (EFE).- Estatuas, camisetas, bolsas, fundas para móvil... La imagen de Mao Zedong es un producto de consumo más en su lugar natal, que vive del turismo y la venta de recuerdos con el rostro o la figura del más famoso de sus hijos.

Fotografía facilitada hoy, 8 de septiembre, muestra al escultor chino Tian Yongjun que fabrica estatuas del exlíder Mao Zedong en su taller en Shaoshan (China). EFE

Fotografía facilitada hoy, 8 de septiembre, muestra al escultor chino Tian Yongjun que fabrica estatuas del exlíder Mao Zedong en su taller en Shaoshan (China). EFE

Los turistas que cada año acuden a esta pequeña ciudad de la sureña provincia de Hunan (casi 17 millones en 2015) no pueden resistir la tentación de comprar todo tipo de recuerdos de Mao, entre los que destacan sobre todo las estatuas, de las que Shaoshan es sin duda la capital.

Y es que estatuas y bustos del histórico líder comunista chino dominan de forma abrumadora los puntos de venta de los múltiples lugares turísticos que se visitan en Shaoshan relacionados con la vida y obra de Mao, de quien mañana se cumple el 40 aniversario de su muerte.

Se trata de obras de entre 20 centímetros y tres metros, que muestran a Mao en todas las variantes imaginables: joven o ya maduro; de pie saludando con el brazo derecho en alto o sosteniendo el documento fundacional de la República Popular y sentado en varias posiciones; aunque también hay bustos de todo tipo.

Las obras van desde caras piezas de bronce hasta aleaciones menos ricas, para acabar en las baratas de resinas de poliéster y fibra de vidrio pintadas con purpurina en tono dorado o bronce.

La tradicional opacidad de las empresas chinas hacia la prensa hace que sean reacias a ofrecer datos sobre el volumen de producción o de ventas, pero una visita a sus instalaciones permite ver que su actividad es incesante.

Por ejemplo, la Compañía Industrial Hunan Shaoshan Fengyuan, especializada en estatuas metálicas, ofrece más de un centenar de diferentes modelos de todos los tamaños y posiciones, así como en varias aleaciones y acabados.

Además de lo que venden a comercios minoristas, autobuses completos de turistas paran allí continuamente para comprar estatuas de Mao a precios supuestamente más ventajosos que en una tienda.

Su sala de exposiciones muestra decenas de metros de estanterías de todo tipo de estatuas y estatuillas del líder todavía adorado en China. Mientras, las obras ornamentales de otros temas apenas llegan a una quinta parte de su oferta.

Sin embargo, los empleados no permiten que los periodistas visiten la zona de producción ni ofrecen cifras sobre el número de estatuas que producen o venden anualmente. Tan solo indican que hay entre 80 y 90 trabajadores.

La mayor de las estatuas que fabrican mide unos tres metros de altura, se produce solo bajo pedido y tiene un precio de 80.000 yuanes (unos 10.650 euros), explican.

Los modelos más populares son un busto de 50 centímetros de alto y 1.980 yuanes (264 euros) y una estatua de cuerpo entero de 43 centímetros y 980 yuanes (130 euros).

A unos pocos kilómetros, y en una zona rural de las afueras, el dueño de una pequeña fábrica de estatuas de resina permite un poco más de acceso: se puede ver el proceso de fabricación, pero solo se pueden tomar fotos del pintado a pistola.

De esta instalación mucho más sencilla y en la que trabaja una docena de operarios, salen cada año unas 180.000 figuras de cuerpo completo y bustos de Mao, según el propietario, que rehúsa dar su nombre u otros detalles.

Muy cerca de allí, Tian Yongjun trabaja dando los últimos retoques con resina a una figura de Mao tumbada en el suelo al aire libre, fuera del pequeño taller en el que trabaja. La figura servirá de molde para esculturas de casi tres metros de alto.

A pesar de las apariencias artesanales, el taller produce al año “varias decenas de miles de estatuas” de metal y resina, afirma Tian, responsable de la instalación, y que se dedica a este negocio desde 1992.

“En 1993 nuestra fábrica salió en el Diario del Pueblo”, órgano oficial del Partido Comunista chino, proclama orgulloso.

Tian explica la clave de la gran popularidad de las estatuas: “Mao era una gran persona, tan grande como un dios. No compramos estatuas sino que invitamos su figura a casa”.

Las esculturas son tal vez lo más llamativo, pero el mercado de Mao es mucho más amplio y está totalmente integrado en el actual capitalismo consumista/comunista chino: fundas para teléfonos móviles (incluidos los más caros), carteras, llaveros o colgantes para el retrovisor del automóvil.

Abundan también las gorras comunistas (verde oliva con la estrella roja en la frente), bolsos y camisetas y ropa infantil (esta última con dibujitos “naif” y el eslogan en inglés “Mao is my chairman” (“Mao es mi presidente”). Hasta una de las marcas es “Mao Times” (“Los tiempos de Mao”).

Rafael Cañas

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