Al menos 1.032 personas fueron ajusticiadas el año pasado, frente a las 1.634 del ejercicio anterior, según los datos recopilados por la organización defensora de los derechos humanos que, no obstante, no incluyen cifras de China o Vietnam ante la falta de transparencia oficial.
La caída se atribuye principalmente a un menor número de ejecuciones en Pakistán e Irán, con fuertes descensos del 73 % y el 42 %, respectivamente.
A pesar de no contar con datos oficiales, China vuelve a liderar la clasificación mundial de ejecuciones elaborada por AI, pues la organización estima que la cifra de muertes por la pena capital y de condenados en el país se sitúa en miles, superando a la suma total de ajusticiamientos en el resto de países.
“El terrible uso de la pena capital de China sigue siendo uno de los secretos letales del país”, subraya la ONG en su informe, que este año acompaña con una investigación sobre el uso de esta pena en el gigante asiático.
Según AI, el régimen chino oculta datos de manera deliberada, en general escudándose en que son “secretos de Estado”, con el objetivo de camuflar “la escandalosa” cifra de ejecuciones, mientras defiende sus progresos en este ámbito.
Pekín puso a disposición del público una base de datos judicial como evidencia de su apertura, pero la organización denuncia que este archivo virtual “sólo contiene una ínfima fracción de las miles de sentencias a muerte” que AI calcula que son impuestas cada año.
El grupo alerta de que las ejecuciones que Pekín mantiene bajo secreto suceden en un sistema judicial carente de independencia “y, por ende, (están) sujetas a la interferencia política”.
Preguntado por Efe al respecto, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino rechazó dar una respuesta por el momento.
Junto a China, los países con mayor número de ajusticiamientos en 2016 fueron Irán (al menos 567), Arabia Saudí (al menos 154), Irak (al menos 88) y Pakistán (87), que concentran más del 90 % del total de convictos ejecutados.
Por primera vez desde 2006, Estados Unidos no está entre los cincos países con más penas de muerte aplicadas, debido, en parte, a los litigios sobre los procedimientos y los problemas de algunos estados para obtener los fármacos necesarios para las inyecciones letales, se explica en el informe.
Además, AI destaca que la cifra de sentencias a muerte en EEUU el año pasado (32) fue la más baja desde 1973, lo que, a su juicio, es un claro signo de que el poder judicial “le está dando la espalda” a esta condena.
No obstante, el panorama puede dar un giro drástico. “El terrible número de ejecuciones programadas para un periodo de diez días en Arkansas en abril es un claro ejemplo de cuán rápido puede cambiar la situación”, alerta la ONG.
De vuelta a Asia, este año también destaca un nuevo actor con el que no se contaba: Vietnam, donde el informe afirma que la situación es más grave de lo que se pensaba.
Informaciones aparecidas en medios locales durante 2017 reflejan que ese país del sudeste asiático ha sido el tercero con mayor número de ajusticiamientos del globo durante los últimos tres años, con 429 fallecidos entre agosto de 2013 y junio de 2016, sólo superado por China e Irán en ese periodo.
Dado que AI no pudo comprobar la cifra de ejecuciones en 2016, la ONG decidió no incluirla en el cómputo total ni precisar si hoy se situaría en lo alto de su ránking en pena capital, aclararon fuentes de la ONG a Efe.
Otras zonas que más preocupan a la organización son Filipinas, donde el Gobierno del presidente Rodrigo Duterte se plantea reinstaurar la pena de muerte (abolida en 2006), o las Maldivas, que amenaza con retomar esta práctica tras más de seis décadas sin utilizarla.
Tamara Gil
