El equipo de Bobadilla insinuó desde el arranque, supo aprovechar los huecos y la desinteligencia del fondo azul que estuvo muy concentrado en la presencia de Óscar Giménez y descuidó bastante las bandas por donde los volantes y los laterales pudieron aprovechar para generar muchas de las situaciones con salidas rápidas, mientras que los hombres del mediosector se encargaron de ganarle geográficamente al rival.
El Danzarín, por su lado, está mostrando su peor cara. Jugadores con bajo rendimiento y que en otro momento explotaban se están haciendo muy visible en un equipo que últimamente carece de ideas para generar situaciones, bastante impreciso, recuperaron balones, pero a la hora de la entrega no estuvieron finos, lo cual fue determinante, ya que las Águilas se mostraron bastante lúcidos a la hora de manejar la pelota.
Cuando el marcador se puso 2 a 0, Ortiz sacó a Vargas y metió a Tomas Rojas buscando mayor fuerza arriba, pero descuidó la última línea que tras la expulsión de Velázquez, el dueño de casa contagiado por el buen momento no perdonó y se dio un verdadero paseo e inclusive generó varias oportunidades en las que el marcador pudo haber sido más abultado.