“Mi hijo también recibió un balazo en la nuca, solo que él pudo sobrevivir”, fue lo que pensó Richard Pereira (padre), cuando se enteró, a través de los medios de comunicación, del asesinato del joven Mauricio Benítez, quien falleció luego de recibir un disparo por parte de guardias privados de la empresa Protek, el pasado jueves 15 de junio.
El hombre, que tiene un hijo, que lleva su mismo nombre, postrado en una cama tras haber sido disparado por un policía, lamenta la falta de preparación sicológica tanto de los uniformados, como de los hombres que cumplen el rol de guardias de seguridad y que tienen que manejarse con armas de fuego. “No están preparados; yo llegué a ser guardia de seguridad alguna vez y puedo asegurar que no hay preparación. Te dan el uniforme, un arma y te mandan”, explicó.
En su caso, Pereira espera la realización del juicio oral a los policías, que según la Fiscalía, son los responsables del disparo a su hijo: el suboficial Johnny Orihuela, quien habría disparado el arma, y el comisario Jorge Zárate, ex jefe de la comisaría cuarta metropolitana. El juicio fue fijado para junio del año que viene.
guardias en el país. Según datos que maneja el Centro Interdisciplinario de Estudios de Seguridad, unas 35.000 personas prestan el servicio de guardias de seguridad en el país, trabajando para cerca de 400 empresas que se crearon para este rubro. Para José María Amarilla, experto en seguridad, este número no es descabellado, ya que responde a una demanda que el Estado no llena. Según los datos que maneja, la cantidad de guardias superan ampliamente a la de efectivos policiales, que son alrededor de 25.000.
Afirmó que existen sectores en el país que tienen un índice de violencia muy alto como, por ejemplo, el Departamento de Amambay, donde se registran alrededor de 90 homicidios por cada 100.000 habitantes. “Si no hubiera esta demanda, no habría esta cantidad de empresas. Hay un público que está dispuesto a pagar por seguridad”, indicó.
capacitación. Sobre el entrenamiento y la capacitación que reciben los que van a fungir de guardias privados, el hombre explicó que la preparación sicológica es fundamental, en lo que respecta al entrenamiento, sobre todo si van a estar en contacto con armas de fuego. “Hay un entrenamiento sicofísico y un largo entrenamiento previo, para el discernimiento para saber en qué momento usar el arma, que debería de ser la última ratio; cuando ya no quedan otras opciones. No me consta que todas las empresas lo hagan”, agregó.