deportes@uhora.com.py
Misión cumplida. La dupla familiar del equipo Copetrol, compuesta por Blas y Enrique Zapag, logró el objetivo de completar la travesía de los 9.000 kilómetros en el Dakar.
“Fueron días de muchas dificultades, de muchas penurias, pero también de mucha alegría. Cada etapa era una victoria y esto no sería posible sin mi familia, mis hermanos, sobrinos, todos los que enviaron buena onda”, confesó el piloto Blas Zapag, tras culminar la odisea de 13 días.
ESPÍRITU DE LUCHA. Blas, que participó de su segundo Dakar, refirió: “Nos queda el recuerdo de que tuvimos que manejar con dirección garrote, que me dolía toda la espalda, pero cada una de esas dificultades íbamos superando por la fortaleza que teníamos”, dijo y agregó: “Lo logramos por las ganas de llegar al objetivo y al espíritu de lucha, sin eso no hubiera sido posible. A mis 51 años, la preparación física y mental que hice rindió sus frutos, porque esto puede quebrar a cualquiera, nos queda más que llegar y festejar esta conquista”.
Por su parte, el navegante Enrique Zapag, de 21 años, apuntó: “Es increíble esto, en verdad estoy muy contento con lo que estoy pasando en el Dakar. La buena vibra nos fortaleció siempre”.
Enrique fue clave para sortear caminos complicados durante la lucha: “Hubo momentos de mucha tensión, pero gracias a la tranquilidad de mi padre y a su experiencia pudimos llegar bien a Buenos Aires”, argumentó el menor de los Zapag, a lo que finalizó: “Me dejó un poco triste lo de Beto, hubiese sido lindo reencontrarnos todos en la meta”.
Los Zapag lograron el puesto 36 en coches (Toyota Hilux) con 65:55’00’’.