La “Takanakuy” tiene como fin solucionar diferencias a golpes para empezar el año de cero, según informó el ABC de España.
Hombres, mujeres y niños de la provincia de Chumbivilcas entre otras, se enfrentan a golpes para limar asperezas y solucionar problemas. Las peleas son supervisadas por un árbitro, que se encarga de separar a los rivales después de considerar que la riña ya debe llegar a su final.
Para “cumplir” con la tradición, también se pueden apelar a objetos como botas o cinturones, aunque se prohíbe el uso de anillos para así evitar heridas graves en el rostro.
Estas peleas pactadas tienen supuestamente el fin de demostrar valentía de cara a la comunidad, defender su apellido, solucionar problemas de faldas o de terreno, cumplir alguna promesa o solucionar alguna otra diferencia. Al final de la confrontación a puñetazos, los adversarios se convierten en hermanos y deben abrazarse.
No obstante, la mayoría de las peleas tienen un objetivo más práctico: ventilar públicamente conflictos familiares o territoriales, provocados por el dominio de tierras agrícolas, discusiones en borracheras o abusos ocasionados a la comunidad. Es, de alguna manera, una forma de autoadministración pública de justicia.