Se espera que las alzas de tasas sean menos y más distanciadas porque el banco central estadounidense está intentando que su deseo de estimular el crecimiento no genere un sobrecalentamiento de la economía.
No obstante, los funcionarios de la FED dijeron, en la conferencia de tres días que terminó el sábado, que también necesitan considerar nuevas herramientas de política monetaria, como subir los objetivos de inflación o incluso la compra de activos no gubernamentales, como la deuda de empresas.
Algunas de las ideas probarán los límites de la viabilidad política y otras necesitan la aprobación del Congreso. La percepción en la FED es que se necesitaría trabajo para convencer a un público ya escéptico tras las políticas no convencionales que el banco usó durante la más reciente crisis.
Los responsables de la política monetaria creen que las nuevas herramientas pueden ser necesarias en una época de un crecimiento económico más lento y de una enorme cantidad de activos atesorados por la FED. Y consideran que el momento para una revisión es ahora, cuando las tasas se aprestan a subir, informó Reuters.
En el 2015, las tasas que agregan valor al dólar quedaron entre 0,25% y 0,50%. Ahora se prevé que subirá en un cuarto de punto promedio más.
La presidenta de la FED, Jannet Yellen, dijo que “la economía de los EEUU se acercó a la metas establecidas” de “máximo empleo y estabilidad de precios”, lo que significa una nueva suba en el tipo de interés de referencia para el país norteamericano.
La presidenta mencionó que hay un 70% de posibilidades de que las tasas sean de entre 0% y 3,25% hacia fines del 2017, rango que se expandiría a entre 0 y 4,5% a finales del 2018, según estudios realizados por la FED.