Estados Unidos consideró como una ruptura de las normas democráticas y un grave retroceso para la democracia.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, lo calificó como los últimos golpes con que el régimen subvierte el orden constitucional del país y termina con la democracia, y agregó que se ha producido un “autogolpe de Estado”.
El Gobierno brasileño, a través de un comunicado de su Cancillería, sostuvo que es una clara ruptura del orden constitucional.
El presidente argentino, Mauricio Macri, “hizo un llamamiento a recomponer el orden democrático y pidió por la liberación de los presos políticos”.
México señaló que la decisión del TSJ “atenta contra los principios y valores esenciales de la democracia representativa y la separación de poderes.
Perú condenó la ruptura y retiró definitivamente a su canciller.
Colombia afirmó que lo único que hizo el TSJ fue profundizar la crisis.