Dehqan, quien confirmó ayer el ensayo, reiteró que este lanzamiento no vulnera ni el acuerdo nuclear ni la resolución 2231 de la ONU, en declaraciones a la agencia semioficial Tasnim.
El pacto nuclear, firmado en julio de 2015, limita las capacidades atómicas de Irán, mientras que la resolución 2231 insta a este país a no realizar pruebas con misiles con capacidad nuclear.
El titular de Defensa, así como otros responsables, señalaron el miércoles que la prueba se enmarca en los programes defensivos con armas convencionales de la República Islámica, por lo que rechazaron cualquier “injerencia extranjera”.
Tras la confirmación de Irán, la Casa Blanca advirtió ayer a Irán de que la prueba del domingo pasado, con un misil de medio alcance que explotó tras recorrer unos mil kilómetros, “mina la seguridad en Oriente Medio”.
“Ponemos a Irán oficialmente sobre aviso”, aseguró Michael Flynn, el asesor de Seguridad Nacional del presidente estadounidense, Donald Trump.
Un día antes, al término de una reunión del Consejo de Seguridad, la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, consideró “absolutamente inaceptable” el ensayo con misiles balísticos y prometió que su país actuará en respuesta.
Ante las críticas estadounidenses, el primer vicepresidente iraní, Eshaq Yahangiri, dijo hoy que EEUU debe “cambiar su política exterior en Oriente Medio para garantizar su seguridad interna”.
No es la primera vez que Irán prueba misiles de medio y largo alcance.
El día del último ensayo, el “número dos” de los Guardianes de la Revolución, Hosein Salami, anunció que Irán es uno de los pocos países con misiles balísticos capaces de alcanzar objetos en movimiento, como barcos, aviones no tripulados u otros proyectiles.
