EFE
Los investigadores analizaron cómo el entorno de crianza de los hombres de orígenes más humildes condiciona su visión sobre la feminidad, la salud sexual y la violencia.
Se trata del primer estudio de este tipo realizado en el Reino Unido a partir de dos años de entrevistas a 116 hombres y mujeres de zonas económicamente deprimidas y de edades comprendidas entre los 18 y los 40 años.
Los participantes fueron preguntados sobre sus experiencias vitales y su periodo de crecimiento en sus respectivas comunidades, así como sobre su visión de los hombres y las mujeres, su comprensión del consentimiento y sus experiencias de abuso físico, sexual y verbal.
Los expertos descubrieron que en las respuestas de ellos existía un “trasfondo de intenso resentimiento hacia las mujeres”, particularmente en relación con las prácticas sexuales consideradas “adecuadas” y con todo aquello relativo a la feminidad.
En este sentido, una de las principales recomendaciones de la investigación es abordar la misoginia y el sexismo de una forma más amplia que transcienda al individuo y con proyectos colectivos que se desarrollen a nivel comunitario.
La doctora Karen Lorimer, de la Universidad Caledonian, afirmó que el estudio demuestra que existe un patrón de conducta de los individuos criados en este determinado entorno.
“Si un hombre joven vive en una comunidad donde hay violencia, donde hay aceptación para tener relaciones sexuales con muchas mujeres y donde las mujeres son maltratadas, tendrá pocas oportunidades de adoptar formas más positivas de masculinidad que podrían ayudar a fomentar relaciones más igualitarias”, señaló.
Los hallazgos de esta investigación se utilizarán para desarrollar las futuras políticas sobre educación en salud sexual en el Reino Unido.
