Sin embargo, al querer competir en el ámbito deportivo, un entrenador le advirtió que debía dejar el método. Tras informarse de los efectos colaterales inmediatamente dejó de lado el producto porque amenazaba a su salud.
Hoy presume de cinco títulos, nacionales e internacionales, de Kick Boxing, Artes Marciales Mixtas y Muay Thai. Desde su local de entrenamiento anima a los jóvenes a entrenar desde lo saludable.
PROHIBIDO. Pese a las innumerables advertencias del no uso de estos productos y su peligrosidad, los hombres igual optan por consumir sin control debido a la imponente moda de verse bien.
Roque Acosta desde su experiencia admite que pese a no estar recomendado el uso de esteroides anabólicos, los jóvenes optan por este método. Mencionó que si un joven consume este tipo de productos debe evitar mezclarlas con el alcohol, una combinación que podría ser fatal.
“Lastimosamente los jóvenes entran en eso”, sentenció al tiempo de relatar que sus amigos se operaron recientemente por el aumento de mamas y conoce de personas que fallecieron de un paro cardiaco por el excesivo consumo.
El uso no controlado trae consigo innumerables daños a la salud. A eso se suma que si se sigue aplicando los esteroides y deja de entrenar llegará a ser obeso, con un cuerpo sin forma, y aumentan las consecuencias de los efectos colaterales. (Ver infografía).
Los casos fatales solo se conocen de oído, el Ministerio de Salud Pública (MSP) no cuenta con un registro de decesos o afectados por los daños colaterales del consumo excesivo y prolongado de los esteroides.
Pese a su venta bajo receta médica en las dependencias farmacéuticas, los jóvenes igual acceden al producto y lo consumen sin ningún tipo de control, una práctica que trae consigo daños hasta irreversibles.
TRASTORNO. Las personas de entre 16 y 35 años, afectadas por el trastorno de la vigorexia, son las que optan por las drogas para ganar músculos. Esta práctica la adquieren muchas veces engañados o mal aconsejados por entrenadores, amigos y foros en internet.
El siquiatra Julio Torales explicó que los sujetos afectados tienen pensamientos obsesivos sobre su cuerpo y realizan una práctica de ejercicio físico compulsiva para agrandarlo, marcarlo o tonificarlo. La vigorexia se estima que afecta entre 1% a 10% de los usuarios habituales de gimnasios.
La nutricionista Natalia González mencionó que el uso debe ser recomendado exclusivamente por un médico, ante situaciones clínicas que lo ameriten, como en estados en que se evidencia déficit de testosterona, cuando existe disminución marcada de la masa muscular, desnutridos crónicos por trauma severo, distrofias musculares y otros casos.
El camino más seguro, que lleva muchos años, consiste en implementar un plan nutricional y un disciplinado entrenamiento físico. Pero, los logros son más saludables.