EFE
“Porque soy un buen cocinero” ha resucitado al De Moraes gastronómico, al hombre que se ponía el delantal y se metía entre las cazuelas.
Se trata de una de las iniciativas para celebrar el centenario del nacimiento del poeta, que vio la luz una madrugada de temporal el 19 de octubre de 1913 en la ciudad carioca.
El libro, de la editorial Companhia das Letras, fue organizado por su hija Luciana de Moraes, que no pudo verlo concluido al morir en 2011. Lo ha llevado hasta el final su compañera, Edith Gonçalves, junto con la chef Daniela Narciso.
Vinícius, autor de la letra de la famosa oda a la “Garota de Ipanema” y figura seminal en la Bossa Nova brasileña, amaba los restaurantes franceses, “pese a que los visitaba poco”, dijo a Efe su última esposa, Gilda Mattoso.
“Cuando vivimos en París, estar en la cocina con los amigos era una atracción y a él se le daba bien, aprendió con su hermana, Leta, que cocinaba divinamente”, dijo.
Basado en historias de amigos y familiares, el libro incluye recetas de diferentes épocas de la vida de De Moraes, quien murió en 1980, tras una trayectoria como periodista, crítico y productor de cine, dramaturgo, compositor y diplomático.
El volumen incluye las recetas de su infancia, esos sabores de púdines y lomos que nunca le abandonarían, así como los platos que él mismo cocinaba y los de los bares y restaurantes en los que el “poetinha” (“pequeño poeta”), como se le conoce cariñosamente, era un parroquiano habitual.
Carlos Alberto Alfonso, propietario de la Toca do Vinícius (“El refugio de Vinícius”), una librería dedicada al autor en el barrio carioca de Ipanema, cita como una de sus recetas favoritas la crema de maíz con pollo asado a la cerveza.
Sin embargo, fue la “feijoada”, el plato brasileño más tradicional, a base de frijol negro y carnes, con arroz y harina de mandioca (“farofa”), el que más celebró en sus versos, según Alfonso.
"¿Y que hay mejor que ir para la cocina / y preparar con amor una gallina / con una rica y gustosa farofinha / para tu gran amor?”, escribió en el poema “Para vivir un gran amor”, recordó el librero.
Y en “No comeré de la lechuga el verde pétalo” se rebeló contra las dietas, indicó Alfonso
Vinícius De Moraes fue un aficionado al buen tenedor, a la buena bebida, especialmente al whisky, y a las mujeres, se casó nueve veces y se enamoró de muchas otras mujeres.
De esas vivencias sacó las letras de canciones ahora clásicas de la discografía brasileña como “Chega de saudade”, “Eu sei que vou te amar”, “A felicidade” y “Água de beber”, con músicas a menudo de Tom Jobim o Toquinho, y que han interpretado decenas de voces desde entonces.
Las conmemoraciones del centenario de su nacimiento incluyen el lanzamiento de sus obras completas y de una selección de sus crónicas titulada “Una mujer llamada guitarra”, además de una exposición en Argentina llamada “Amigos de mi padre”, montada por su hijo Pedro.
Abrió las celebraciones durante el Carnaval del pasado febrero la escuela de samba União da Ilha do Governador, que escenificó la vida y obra de Vinícius de Moraes, quien vivió como adolescente en ese barrio carioca.
En el desfile participó su compañero Toquinho y, subida en una de las carrozas, también estaba Helô Pinheiro, la “garota” cuya vida cambió al inspirar con sus curvas en Ipanema a un hombre que amó los placeres de la vida, incluidos los culinarios.