Un imponente escenario de seis niveles, con luces y sonido de gran calidad, sumados a la mejor música de la OSCA, dirigida por Juan Carlos Dos Santos, hicieron que el show, de casi tres horas, fuera inolvidable para las más de 1.000 personas que asistieron.
La noche se enriqueció con la participación de varios grupos que acompañaron a la OSN con canciones, en su mayoría paraguayas, que fueron del agrado de la platea.
Los Orrego presentaron una selección de polcas y otros temas, mientras que Rigoberto Arévalo y su Trío de Siempre ofrecieron Cielo de Ñandutíes, En tí halle consuelo y otros.
También estuvieron la Dinastía Simón, el Grupo Sembrador y la banda de rock Paiko, que fue muy aplaudida. El broche de oro llegó con Jorge Castro y Emilia Recalde, al ritmo de Amigos para siempre y Brindis, de La Traviata.