“Si el Consejo de Seguridad aprueba este nuevo desafío vamos a obtener un mayor esfuerzo logístico y vamos a pedir que se desplieguen otros observadores militares”, dijo en una rueda de prensa el jefe militar de la misión de la ONU en Colombia, general Javier Pérez Aquino.
La misión de la ONU, aprobada en enero pasado y cuyos detalles fueron concluidos en septiembre pasado, forma el componente internacional del mecanismo tripartito para supervisar el alto el fuego, en el que participan también representantes del Gobierno y de las FARC.
El alto el fuego bilateral y definitivo entró en vigor el pasado 29 de agosto, cuatro días después de que el Gobierno y las FARC rubricaran en La Habana el acuerdo de paz que se firmó el pasado 26 de septiembre.
Tras el rechazo del acuerdo de paz con las FARC en el plebiscito, el Consejo de Seguridad de la ONU debe aprobar los ajustes necesarios para el nuevo protocolo necesario para el mecanismo de monitoreo.
En este sentido, el general Pérez Aquino señaló que ahora mismo las partes están “en el periodo de planeamiento” y agregó que entienden que “hay un esfuerzo logístico mucho mayor” de lo que se había previsto.
“Estamos en condiciones de superarlo y asumirlo, pero si el Consejo de Seguridad aprueba este nueva desafío vamos a obtener un mayor esfuerzo logístico”, destacó.
Como parte de ese esfuerzo pedirán la presencia de más observadores, que, según detalló el general Pérez Aquino, “algunos son militares, otros son policías”, pero todos actuarán desarmados y de civil.
